Hay algo mucho más difícil que sentirse olvidado, amigo Albert. Lo más difícil es ser recordado… sobre todo cuando te han querido olvidar… sin conseguirlo…

Es una forma de mirar la vida del amor y te la respeto, Albert… pero lo que es yo, existiendo cosas como el fútbol para superarlo, pues creo que no cuesta tanto olvidar y comenzar de nuevo. un abrazo cordial. Tu texto es interesante.

Efectivamente, Albert. Llevas toda la razón; por eso mismo lo que es razonable para algunos o algunas no es tan razonable para otros u otras. En lo que respecta a esto de ser olvidado o no poder ser olvidado es cuestión de cada ser humano. Si olvidas recuerdas y si recuerdas no puedes olvidar. Esto es como la pescadilla que se muerde la cola. Ahora bien… existe lo que se llama la alternativa psicológica de la sublimación. Para superar un amor imposible es una buena terapia de olvido el sublimar, por ejemplo, el fútbol. Por eso te lo estaba diciendo. Sublimas un desamor (la chavala que no nos quiere) por otro querer (el fútbol que sí nos ama). Y en diciendo esto pues es cierto que cada uno lleva sus razones propias y no son las mismas para todos ni para todas. UN ABRAZO CORDIAL Y AMISTOSO.

El recuerdo es una parte fundamental de nuestra personalidad. Vive siempre dentro de nosotros. Si no tuviéramos recuerdos no habríamos vivido nada interesante. Así que el recuerdo es algo que no nos reduce sino que nos aumenta la vida. Recordar no quiere decir que siempre tengas que estar recordando, pues entonces no vivirías nuevas experiencias que pasan a ser nuevos recuerdos. Luego el recuerdo es tan importante que no se puede olvidar sino sublimar. Ya te lo expliqué antes… pero para ser más sencillos puedo decir que sublimar es cambiar una experiencia sufriente por otra experiencia agradable. Puede ser el fútbol, o cualquier otro deporte, o el cine, o cualquier otro arte, o escribir lo que desees escribir y no lo que te quieran imponer los recuerdos sufrientes, o cualquier otra actividad que te llene el ánimo. Una manera de poder superar un recuerdo sufriente no es seguir siempre dolido por ese recuerdo sino cambiarlo, darle la vuelta, hasta que tú salgas triunfador sobre dicho recuerdo. Hay algo que se llama rememorar situaciones. Si eres capaz de rememorar situaciones negativas convirtiéndolas en situaciones positivas has logrado superar esa clase de recuerdos sufrientes que pasan a convertirse en recuerdos agradables. Quienes viven tienen recuerdos interesantes. Quienes son como “muertos vivientes” no tienen ningún recuerdo interesante para contar. ¿Has comprendido la acción de convertir un recuerdo sufriente en un recuerdo agradable? He conocido a una señora mayor que dice que todo lo vivido es una pérdida. Yo, por supuesto, aún entendiendo que es su punto de vista personal, opino todo lo contrario y digo que todo lo vivido es una ganancia.

Eso es bueno, Albert. La libertad de expresión se basa, principalmente, en la libertad de opinión y, como bien has hecho, no existe una libertad de opinión si no tienes libertad de exposición. ¿Cómo se puede tener libertad de exposición? Solamente a través de la libertad de expresión… de ideas por supuesto.

Mientras el reloj pasa he leído tu texto y se me ha quedado prendido un minuto de reflexión: late el corazón… tictac y tictac… por los demás y por mí.