Indicio cierto, secreto importante de la lluvia, con la emoción del sueño palpitante… y sigue el tiempo adelante. Caminos. Nuevos caminos. Destinos desfilando entre palabras de náyades del agua que caen, permanencia libre en el aire, entre los cangilones y, cual sombra alejada de los pinos, un adiós serpenteando por las ropas del viaje. Voltean las campanas de las torres que suenan, allá, algo más allá siempre, abriendo al corazón las mil propuestas. Aromas de azahar y de saludos en forma de besos entre soledades. La claridad del ámbito silente se siente…
Jornada de andar siempre caminos con voz leve y paso firme. Yo firmo sobre mis huellas terrenales este resonar de pisadas sobre la fina arena. Parece ser que los gorriones viven en el eco de los versos: tú, pájaro amigo / en el dulce abrigo / de las sombras / nombras / lo que yo vivo contigo. Conversando con las alas del silencio aprendo a girar los verbos transitivos hasta hacerlos suaves primaveras. Amar es siempre estar amando…
¡Contad! ¡Contad el tiempo que ha surcado en mi piel el bronce de los soles! ¡Contad vosotros mis gorriones esta forma de ser y de miraros! El eco de los versos reverbera: gorriones de tanta alma ligera / todavía vuestro nido espera / a ser peregrino de los vientos / y en los alientos de la brisa / con pausas ya sin prisa / contad todos vuestros sentimientos…
El sueño silencioso de la piedra, por donde trepa la hiedra, es mi destino…
Te lo dije jajaja
¡Jajaja, Juanjo! Me lo dijiste y por eso lo he escrito tal como lo he escrito. No pienso cambiar ni una sola coma porque comiendo se hace el camino cuando hay algo que comer o algo que contar. Otro abrazo amistoso y gracias por leer y hasta por comentar.