Diario “La Verdad” de Murcia, del lunes 26 de mayo del año 2014 después de Jesucristo. Escribe Manuel Alcántara en su columna de opinión:
“No hayque temer que en España se acaben los descontentos, ni se extingan los antisistema. Su sustitución está garantizada y los mayores podemos mirar serenamente el futuro y morirnos con toda intranquilidad. Entre los detenidos por causar incidentes en el tumultuoso mitin de Vilanova i la Geltrú ha sido detenido un menor de edad que participó en la agresión sufrida por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la presidente del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho. La infeliz pareja fue apedreada por radicales, independentistas y anarquistas. Entre los honderos entusiastas destacó un menor de edad por su mayor puntería. El adolescente, que ha sido detenido por los Mossos d’Esquadra, es una jovencísima promesa, ya que está acusado de anteriores delitos de atentado a la autoridad y de daños y desórdenes públicos.
Los fenómenos de precocidad, que tienen su más alto ejemplo en Mozart, se extienden por otros campos, incluso el descampado de la política, que hoy sabremos con seguridad qué territorio ha elegido en las elecciones. Ramón Gómez de la Serna decía que era preferible un niño precoz ajedrecista a un niño precoz director de orquesta, porque hace menos ruido. ¿Cuántos años tiene este niño que se integró en la abigarrada tropa de los que llevan símbolos a favor de la liberación de los presos etarras y de los miembros de la Plataforma Antidesahucios? No se puede estar al plato y a las tajadas, al vado o a la puente. Quizás este chaval esté disconforme con el mundo que hemos hecho los adultos y recuse la herencia.
Los mayores hemos tenido tiempo para resignarnos con otras cosas y además nos distraemos con la placenta que no le sirvió a Diego Costa. Tampoco le hubiera servido la del buey Apis, porque una rotura fibrilar no es de un día para otro. Requiere semanas, como la adolescencia, que fluye mientras se desvanece. Verte y no verte. En la mayoría de los casos es una edad trágica. Despedirse del niño que fuimos es lo más doloroso de la vida”.