. Ella es buena… pero hablo de bondad verdadera. No se las da de nada ni intenta engañar a nadie, porque no lo sabe ni presume!
. Yo llego a mi casa a partir de las cinco de la mañana todos los días (cuando ella lleva sólo cinco horas de sueño, con lo dormilona que es) y según entro por la puerta dejo abierta una ranura para poder reirme de cómo su hocico intenta acabar de abrirla, entonces, cuando ya no puedo soportar su desesperación, la dejo salir al pasillo del bloque y ella da comienzo a su particular forma de darme las gracias por llegar y despertarla. Se pone a dar vueltas sobre sí misma, meneando la cola rápidamente y después van los saltitos a la pierna, uno tras otro y uno por encima del otro, como intentando trepar hasta la cara para darte un beso. A mí si me despertaran a las cinco de la mañana lo último que se me ocurriría sería agradecer la llegada de nadie de ninguna forma, pero ella es distinta, es distinta a todo el mundo, porque es noble y nunca lo sabrá.
Entonces me agacho, que es lo que ella desea, y la levanto sólo de las patitas de alante para verle la carita de buena que tiene y adivinar tras sus ojillos aceitunados que está realmente feliz simplemente de verme!. Después la cojo en miz brazos y se deshace por darme besitos en la cara y en las manos, incluso en la ropa, donde ella alcanza a su paso. La pongo boca arriba y la beso en la tripita mientras la digo cosas bonitas para que sea consciente de que la adoro. Yo lo que querría es que se cansara de mí, me gustaría tenerla mimada a más no poder, que llegara el momento en que dijera “venga, ya… me voy…”, pero ella no, ella continúa apurando todo lo que puedas darle, aunque no sea más que eso, aunque te haya visto cinco minutos antes, aunque te vea y te bese todos los días. Ella sigue agradeciendo mi llegada cada madrugada, sea la hora que sea, la haya sacado a mear o no, la haya dado de comer o no, eso es igual, te portes como te portes, ella te quiere igual. Y yo me siento tan inhumana a su lado, a veces tan inferior junto a ella, me siento tan poco merecedora de todo su amor… Y pienso que no me importaría ser como ella, e incluso intento copiarla aunque ella ni se entere, por todo lo bueno que ella sola representa en sí misma, todos los valores grandes de los que no debería carecer ningún ser humano y que ella guarda en su interior sin saberlo…
Fíjate! una simple perrita…
a la que alguien atropella y sigue adelante en su camino! sin saber que acaba de terminar con la vida de un alma bella, sin darse cuenta de lo que la debería envidiar… qué cosas…
cómo la adoro!!! joder, cómo la adoro…
por ser así, por ser tan buena,
por ser tan buena y porque,
encima,
no lo sabe ni presume!
3 comentarios sobre “A ella, aunque nunca lo sepa”
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Guau!Guau!
Cuando más observo a los animales yo más los amo. Se ven tantas cosas nobles en ellos que hay que ser roca para no quererlos.
Tú si que eres buena, aunque nunca lo leas…