El valor de cada palabra puee asignarse a un gesto. La ley que regula los actos genera respuestas. El Amor no puede ser citado como palabra que resuma la esencialidad de una doctrina, pues el Amor forma parte de la realidad del cuerpo, de su descubrimiento en otros cuerpos y de la práctica constante, como forma de existencia. La encíclica vaticanista retoma el idearium de los padres del desierto. Se remonta al gran creador del edificio deun cristianismo soportado sobre cimientos de la cultura romana, San Pablo.
Los escritos de los primeros padres del cristianismo están llenos de una folosofía heredada de la cultura griega y del sentimiento romano de la “eficacia”. Se unen las propuestas idelógicas basadas en el Platonismo y en el esfuerzo obligado por “la doma del eros”.
Ser humano significa no magnificar la esclerosis de un pensamiento que se cierra, que es circular y selectivo. Ser humano supone la flexibilidad del pensamiento frente al determinismo ideológico que casi bordea la gran formación frente al integresismo, que no es cristiano.
La historia nos ha dado claros ejemplos de decisiones que han dependido del pensamiento y de la cultura. Cuando fue necesario crear un Martillo de Herejes no se dejó en manos de quienes no fueran los hombres “adecuados”. La juerte dolorosa y el terror forman parte de la oscuridad que ha ocultado el Amor en favor de la obediciencia. Ya sabemos quela historia es cíclica. La tecnología favorece acciones tan denigrantes como la imposibilidad en China de encontrar en Internet la expresión “derechos humanos”. La Censura se abre a una perspectiva histórica cuajada de nuevas posibilidades de permitir que el OJO DEL GRAN HERMANO se vaya haciendo cada vez más visible: el Amor nos hará libre, pero dentro de un orden y cuanto más ordenado…mejor.