De nuevo sigo encontrardo tranquilidad en las librerias. Los precios, al igual que las joyas, alcanzan precios extraordinarios. Todo lo nuevo, lo reeditado, lo que supone una fuerte inversión en papel y encuadernación, más, más, más….nos van dejando con muchos deseos insatisfechos. Los libros, los que no se tiran a los contenedores, porque se tiran muchos…necesitan ser rescatados de las manos del consumo. Han pasado muchos años para que los archivos de Freud salgan a la luz, pero la factura de esa “luz” supera, por mucho, a muchos…Nos quedan las Bibliotecas Públicas, las Casas de Cultura, pero deberemos comenzar por abandonar la idea de la propiedad como deseo. Tampoco es necesario atesorar riquezas intelectuales, porque…pudiera hablar de muchos ejemplos, acaban en las librerias de sgundamano, libros de viejo, o en hermosos contenedores o “solemnes fosas comunes”. Hace unos dias, rescaté un precioso diccionario de latín. Estaba lleno de nombres, corazones, flechas y colorines…pero era un “diccionario de Latín”, condenado a ser reciclado y volver a renacer en papel higiénico o papel para envolver cualquier necesidad de nuestros dias.
He vuelto a las librerias de segunda mano. Hay cierta calidad, cuidado en algunos libros y sobre todo…se da la oportunidad de no fallecer totalmente, que aunque parezca una contradicción, es tan real como los contenedores.
Un comentario sobre “Libros de segunda mano.”
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El mundo de los libros, estimado compañero y amigo de horas entre ¨páginas´ de voremia, es el universo del sentir humano plasmado en nombres, corazones, flechas y colorines alrededor de un texto que nos alumbró. !Que se salven los libros y habremos salvado al Hombre y a la Mujer!.