Un buen momento para tararear una bonita canción mientras tapeas con el pié no? Ese momento de reláx, de paz, de descanso, de desconexión. Una cervecita fresquita, unas gafas de sol y estirar los pies alegremente en la mesita de hierro forjado al ladito del paseo, donde la gente transcurre sin mirar a su alrededor.
Un chorro de aire fresco mezclado con el olor a salitre que te levanta el flequillo y a su vez estira las largas melenas de esa tipa que va con sus patines, mientras el tronco ese la persigue intentando quedar con ella para esta noche, o presumir de su culo macizo. Pero lo importante es estar así estiradito, con las gafas de rock pensando en nada y disfrutando del momento sin tener que dar explicaciones ni tener que comerte la cabeza porque las responsabilidades te llegan a la altura de la nuez. Quizás te ahogues, pero eso en este momento no importa, se está muy bien así.
¡Despierta ceporro!¡Estás aquí para aporrear esas puñeteras teclas y no para quedarte dormido con el cuello desencajado en la silla, gilipollas!