Los de la Champion Intersolar (la AIU de los astrónomos) decidieron. Era fabuloso eso de imaginarse cómo serían los plutos (o plutonitas) y así como creíamos que los marcianos eran hombrecillos verdes y con orejas muy grandes más una trompa por boca, también imaginábamos a los venusianos ( y sobre todo a las venusianas) cómo seres altos, delgados, con trajes muy blancos y cabellos largos, rubios… con ojos muy azules… como beldades salidas del Parnaso Griego.

Pero los plutos… ¿cómo serían los plutos?. Walt Disney nos presentó a un pluto con forma de perro bobalicón y simpaticote, siempre con el hueso en la boca y al servicio dél ratoncito Miguel. Otros pesnaban que los plutos eran pitufos azules. El caso es que Pluto era un planeta extraño, desconocido y juguetón. Su trayectoria es tan errática que volvía locos a los varones de la Astronomía y éstos, cabreados por tanto desdén, tanto jueguecito y tanta osadía del más pezquñeñín de los planetas lo han castigado y lo han bajado a Segunda.

Ahora ya no cabe otra cosa que editar nuevos libros escolares y empezar a creer que se ha hecho una injusticia con el más lejano de nuestros compis de clase. La Champion Intersolar no sólo no se aumentó a 12 (!con las ganas de tener 3 nuevos equipos cuyos cromos coleccionar!) sino que la han rebajado a 8. Estamos de rebajas veraniegas. Y al final de todo… todo es un sueño¡… porque no hay nadie allí, en el espacio intersolar, para poder decir si los terrícolas tenemos o no tenemos poder para dictaminar tales cosas. No hay marcianos, no hay venusianas y no hay plutos. Así que da lo mismo que la Liga Intersolar sea compuesta de 8 equipos, 12 equipos o trescientos mil. En el Sistema Solar estamos más solos que la Luna. Y el asunto de Pluto es, más bien, una lunática serpiente de verano que sirve para hablar un rato mientras saboreamos el aperitivo de la sobremesa y nos disponemos a comenzar las labores de septiembre.