aveces me abrumo por el echo de ser como soy,
y en esos momentos no te encuentro a ti.
aveces me abrumo por esta falsa soledad que vivo a diario,
y de paso me abruma el echo de que pasen los dias y aun siga solo,
y en esos momentos en los que me abrumo no estas tu.
aveces en los amaneceres me abruma verme solo,
y mucho peor el echo de no poder dormir,
en noches de frio, donde mi cama, nota tu delicada ausencia
y en estos momentos nunca estas tu.
me abruma la delidada tarde y el otoño de los enamorados,
(pues como digo yo, el frio del otoño lo colman los enamorados que aun tienen la llama del amor encendida)
me abruma todo, menos el echo de pensarte,
aunque en estos momentos nunca estas tu.
me abruma estar asi, tan solo y a la mano de la depresion,
me abruma el echo de pensarte, me abruma el silencio de los amaneceres,
mi cama no es la misma, tristemente nota tu ausencia,
el otoño no es el mismo,
los dias son largos, las tardes eternas y las noches ni decir.
me abruma el echo de no tenerte,
aunque penandolo bien,
hay dias de mi triste amanecer,
que te siento conmigo, pero
me abruma mas el echo de que no estas.
Estar es la presencia. No te canses, albert, de tener la sensación de que cubrirás la ausencia con alguien que te haga olvidar. Presencia y Ausencia son dos compañías atemporales que nos llenan o nos vacían de vez en cuando. Un abrazo, compañero.