Perdona si mi ausencia devora la espera de tu tiempo, si los días caen vacíos por no estar a tu lado, perdona por los años perdidos que preparaste junto a mí pero es que nunca dije querer ser la estrella de tu noche. Pues vagando por el desierto, andando y fatigado, encontré a un caminante dorado como el oro y como yacía bajo sombras mas oscuras que la noche, bajé desde mi cielo a contemplar su suerte, mas vi en su viajera mirada de mil vidas, el hambre y sed de un amor, y yo que era luna, me hice así mujer para ser la justiciera de su destino. Pensé en dejarle marchar, pues valiente se le veía, pensé en que no sería mejor de lo que ya tenía. Y al verme blanca y fría entendí la brevedad de los días sin sol. No podía ser tan pura sin el amor de su alma y viendo sus pasos llegar bajé y le besé. Y mi beso se hizo alma, un alma unida a el, y la sed regaló ríos a nuestro paso. En la tierra todo era distinto, lindo el sueño, mas linda la realidad que ahora forma parte de los dos.
2 comentarios sobre “De luna a mujer.”
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Precioso contexto de sueño hecho fantasía de mujer. Asumir una sensación tan “especial” es ser verdadermaente poesía convertida en relato. Un beso, NASIA
Las personas suelen estar acostumbradas a estar rodeadas de soledad pero hay momentos en que se percatan de ella, y se dan cuenta quie la persona que tienen al frente tiene esa misma soledad en los ojos, y deciden unir los caminos. Bueno, pero parece que cierta luna ya no está sola con las estrellas, que bueno¡¡¡, que llenes tu corazón, saludos.