Son las 6:40 de la mañana de un Lunes 16 de Agosto. El verano se está empezando a marchar, y con ello gran parte de la actividad del calorcito, y todas esas cosas. Estaba aquí en mi mesa de siempre, y estaba repasando algunas de nuestras conversaciones de Messenger y otros pequeños mensajes que de tí tengo guardados, y sobre todo, esa postal tan bonita del día de San Valentín del año pasado. Leo todo con detenimiento y tranquilidad, y en más de un momento no puedo evitar el echar alguna lagrimilla por todas aquellas cosas tan bonitas que acostumbrabas a decirme, o de aquellas veces en las que estabas angustiada y yo te ayudaba a superarlo, en mayor o menor medida.
Recuerdo todo aquello con gran cariño, una época muy bonita que, tristemente, se ha terminado. Me puedo llegar a plantear varias razones de por qué tuvo que terminar de esa manera, y descubro que muchas de ellas han sido culpa mía. No lo niego, de la misma forma que no niego mi inestabilidad personal para hacer frente a determinados problemas que he tenido contigo en determinados momentos, y derogar en otras cabezas las pistas necesarias para hacerle frente. También me echo la culpa por haberte dejado sola en determinados momentos en los que me necesitaste, y yo no supe estar. Y le echo la culpa a mi anterior trabajo, porque en una mayor o menor medida, me afectó para estar para tí al 100%. Pero también recuerdo tus sonrisas, tus abrazos, tus mimos cuando yo sí estaba, y te ayudaba lo mejor que podía, bien con palabras de apoyo, o con simplemente, un gran abrazo.
Ahora que ya no estás conmigo, siento un gran vacío dentro de mí que ni las fiestas, ni los amigos, ni siquiera otras chicas pueden llenar. Me siento triste y aburrido de estar aquí, en este sitio, rodeado de esta gente donde mi impresión es que yo no soy nadie. Solamente un payaso, que le gusta hacer el ridículo o decir tonterías porque quiere que los demás estén siempre contentos y se eviten de preocupaciones. ¿Acaso es malo ser un bufón?¿Es malo acaso hacer favores a las personas en las que crees y no esperar ni tan siquiera las gracias? Yo creo que no, al fin y al cabo, mi objetivo es hacer que la gente de mi alrededor se sienta agusto, segura y feliz. No me importan el qué, o el cómo, o el cuánto o el qué dirán, si es bueno lo que quieres hacer y la otra persona lo quiere, ¿por qué no hacerlo?¿Por qué negarle eso que quiere en ese momento?
Ahora que ya no estás conmigo, me he dado cuenta que, posiblemente, yo esté en un lugar equivocado y tu tuvieses razón en muchas de las cosas que me decías, o en tus intenciones de marcharte del grupo y no saber nada de ellos, aunque mis pensamientos fueran correctos. O posiblemente el equivocado sea yo y mis pensamientos eran completamente erróneos y la que tenía la razón eras tú, y el que debía cambiar fuese yo.
Ahora que ya no estás conmigo, estas con otro chico que ha sustituido a mi persona. Sé por años de verle, con sus otras novias, que es una persona atenta, dedicada, cariñosa y sensible y que se esfuerza cada día por que las cosas salgan bien entre los dos, y hace todo lo posible porque resulte, buscando fórmulas nuevas. Esto me duele en el alma, pero lo acepto, porque si esto ha de ser así, yo no soy nadie para cortarte las alas.
Ahora que ya no estás conmigo, te echo mucho más de menos que cuando te dejaba en casa y no volvíamos a vernos en cuestión de horas, o simplemente, de un par de días, porque echo de menos tus palabras, tus mensajes, tus sonrisas, tus cariños. Te echo de menos a tí, desde lo más tierno que hay dentro de tí, hasta lo más corrosivo que puedes tener en tu interior. Sé que, en cierto modo, me odias y todo esto que te digo no te interesa, no quieres escucharlo ni leerlo porque quieres llevarme al baúl de los recuerdos, donde este tiempo que hemos estado pasará al olvido.
Ahora que ya no estás conmigo, me muero de pena por que no estás junto de mí, y sé que no volverás nunca, aunque algunos me animen y me digan que volverás. Sé que es un improbable porque quieres volar a tu aire, y yo no estoy dentro de ese vuelo a algún sitio. Sí te digo una cosa, yo no me voy a olvidar jamás de tí, y aunque mi corazón me exige a gritos que te espere, mi cabeza me dice que, ahora que ya no estás conmigo, has disfrutado de alguien excelente que se merece el Reino de los Cielos, has hecho muchas cosas para los demás y has disfrutado de tu tiempo. Pero es el momento de marchar, y de ir a un sitio nuevo donde tú encajes y mantengas tu carácter de buena persona. Aunque yo haré porque nunca te olvides de ella, porque algo tan hermoso como es ella, no puede guardarse en un cajón para los restos. Tendrás que irte un día, pero a ella la llevarás siempre. Y aunque el entorno cambie, en cierto modo, la seguirás esperando.
Son las 7:20 de la mañana de una bonita y azul mañana de un Lunes 16 de Agosto donde el verano se está empezando a marchar, y con ello gran parte de la actividad del calorcito veraniego, y todas esas cosas que nos da el verano. Mi corazón me había pedido que te escribiese esto y te lo enviase para que lo supieras, porque me dice que está dolido y triste. Bueno, pues eso es todo lo que me ha pedido que te escriba. Un beso y buenas noches. Siempre para tí
Johnny El Seco