Cuando era niño, tenía muchos temores, tal vez, como los de cualquier otro niño, los que caben entre los “normales” como miedo a la oscuridad, fantasmas, almas en pena o viejas leyendas que a todos nos decían de niños, duendes escondidos en árboles, en fin todo aquello que pueda existir en el gran universo de la fantasíade un niño.
Aún así, toda mi vida he pensado que mis miedos, siempre ha sido, muy diferentes al pensamiento de los demás, por ejemplo, ahora lo único que temo es a morir solo, ¡No a morir!, ya que eso es solo una transición y el centro de la vida, pero antes a mi tierna edad, a mi tierna edad de 6 años le tía a morir,
¡No quería morir!, no sé como un niño de esa edad puede pensar en su muerte o en la de su familia, muchas noches lloré en silencio por el solo hecho de imaginar que amancería y n podría ver a mis papás de nuevo, abrazarlos o volerlos a besar, cuando pensaba que podían morir en medio de la noche, me levantaba y en medio de la oscuridad retaba al miedo de ver un fantasma, me dirigía a su habitación, despertaba a mamá y le dacía que tenía miedo. Su amor y gran corazón de madre me abría las cobijas y me abrazaba y aunque sus ronquidos no me dejaban dormir, sabía que era mejor a no escucharlos.
Recuerdo una noche que estaba sollozando en mi cama, me pareció que mi hermano me escuchó, él solo es un año mayor que yo, así que se acercó y cuando lo hizo ¡inmeiatamente sequé mis lágrimas! y fingí estar dormido, por la oscuridad él no me veía, así que sentí su dedo en mi mejilla. ¡No sintió nada! mas aún así se quedó a mi lado, y ese gesto me ablandó más el corazón y sollozé nuevamente dejando escapar una lágrima. ¡Inmediatamente sentí su dedo en mi mejilla!, una vez más. Esta vez él la limpió. A su tierna edad pero con su gran amor solo me abrazó y me arrulló – Ssh ssh ssh.
Mi piel se erizó ante la bendición y el amor de una familia.
2 comentarios sobre “De ese amor innato…”
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Hola!,
Me has hecho recordar momentos semejantes a los tuyos de mi niñez. Es cierto que esta preocupación no venía a mi con frecuencia, pero si alguna vez pensé en la suerte que tenía de tener a una familia y temí perderla. Ahora no soy tan niña pero sigo temiendo a la muerte. Si, no estamos en este mundo por tiempo ilimitado, y no me enfado al pensar que algún día yo también me iré pero ¿Como aceptar que esto ocurrirá a los que amas?. Entonces me digo …¿por qué pensar en la muerte?. Es precipitado pensar en ella pero a su vez totalmente inevitable.
La muerte hace que nuestro tiempo sea lo mejor que tenemos, hace que la vida sea un auténtico placer.
Un beso Hacaria.
Lo mejor de cuanto expresar es ese “llorar” libre y sincero. La vida es tan inmensa como un suspiro y tan breve como decir “existo”. Lo más hermoso es captar tu sensibuilidad, el pulso del recuerdo, la noción de existencia que habita en ti-. Un saludo.