Llegó la reina de las hadas y dijo, no llores Mercedes que pronto llegará el fin…..
Mercedes era el Ada más bella, linda, e inteligente del universo de las hadas, tenía largos cabellos naranjas y rizados que caían sobre sus alas como si de una cascada en llamas se tratase, piel blanca con graciosas pecas, ojos verdes y grandes de mirada sincera, manos mágicas perfectas y grandes, para realizar bien su trabajo, que era mantener el orden mágico de las cosas.
Pero un día el mundo mágico de las hadas se estremeció, faltaba Mercedes, había desaparecido.
Todos los que la querían permanecían ajenos de su paradero. Mercedes llevaba cumpliendo 40 años un castigo.
Nadie sabe quien se lo impuso, se piensa que fue Envidia, Ignorancia, Machismo o quizás Destino, que castiga al igual que premia, sin aviso previo. Poderosos reyes del mundo oculto.
Envidia cada vez que castiga sufre ella siete veces el mal que impone, y si fue Destino, es secreto escrito que nadie puede leer.
El castigo, consistía en nacer en la tierra como mujer pobre, por tanto, no recibir ningún tipo de educación aparte de las tareas de limpieza, tendría que enamorarse del hombre equivocado, que la querría, como la urraca al brillante, no podría separase de él, aunque quisiera, sería invisible para todos su dolor, sólo visible para cobardes de la misma condición que su captor, perdería todas sus cualidades que por gracia de la madre naturaleza había adquirido:
Su inteligencia, anulada por quienes le rodeaban, su capacidad de trabajo, encerrado en las cuatro paredes que tenía por cárcel y a la que llamaba hogar que siempre habría de tener reluciente, su magia, en tener hijos, los que a este le viniere en gana, su calma en desesperación su creatividad en el hornillo de la cocina.
Sería anulada por completo, sin posibilidad de mejora, pero para más escarnio sería así una larga vida humana, cada vez seria más arduo su trabajo, más dura las palizas de su marido y dueño el cual deteriorado, aumentaba su carga, de cuidados y limpieza.
Su alma sabía que no le correspondía ese papel y ella se sentía triste sin saber porque, lloraba y lloraba.
Una de sus lagrimas cayó en el pétalo de una de las flores que regaba habitualmente, este pétalo vibró, esta débil señal bajo suavemente por el tallo y la raíz de ahí hacia la tierra, que amplifico su señal, la tierra a modo de conductor informó al agua, hija predilecta esta de la todo poderosa naturaleza, que habla con ella cada vez que llueve.
La fuerza mayor que existe, quedó enterada de la ubicación exacta de Mercedes.
Llegó primero Verde, reina y madre de las hadas y le dijo no llores Mercedes que pronto llegará el fin.
Pero era tan grande el sufrimiento que no podía verla ni oírla, las cosas mágicas no llegan a las personas desgraciadas. Verde recogió su último pálpito de corazón, se alejó llorando de tanta realidad que aquellos dos cadáveres sangrientos transmitían.
La naturaleza habló, en forma de potente viento en el monte inverso del mundo mágico, no había voz más clara, preguntó una sola vez ¿quien es responsable? del tal forma que lo demás era silencio. Nadie puede callar ni mentir a la naturaleza ya que forma parte de cada molécula de todo lo que existe.
Pero nadie habló. El silencio fue mayor que el viento.
Seguramente la causa no era mágica, y lo real no habla el dulce idioma de la fantasía, pero gracias a Mercedes se conocía en el mundo de lo idílico lo que es el maltrato a la mujer.
(Para todas las mujeres mágicas pero reales que sufren el maltrato diario de todos.)
Me llena tu cuento porque toca un tema tan actual como patético. El silencio es el mayor conspirador de estas historias reales. Tu Mercedes eleva a la categoría de heroico la triste paradoja de muchas mujeres de la actualidad: por un lado se les ha abierto las páginas más esperanzadoras de su historia. por el otro se ven acosadas por el brutal reaccionarismo del machismo secular. Hay que apoyarlas sin ninguna clase de duda. Tu cuento es un apoyo sustancial. Te felicito.
Enhorabuena por tu texto y enhorabuena por dedicar tu tiempo,palabras y pensamientosa esas mujeres “mágicas pero reales”como muy bien las llamas.
Mil bellos susurros de hadas!
No dejemos de gritarle al mundo, de rebelarnos contra las realidades crueles e injustas, un abrazo a tod@s, en especial a todas las Mercedes