Según decía Ramón Gómez de la Serna, el verdadero escepticismo empieza cuando dudamos si esta palabra se escribe con equis. El escepticismo fue, en su origen, una doctrina de algunos filósofos griegos que dijeron y afirmaron que la verdad no existe o que si existe el hombre es incapaz de conocerla. Al decir el hombre ¿incluían también a la mujer?. Supongo que sí pero escuchando el debate dialéctico entre Pedro (el profesor de Historia) y Eva (la empleada de la Agencia de Turismo) me entran serias dudas.
Delante de mí, Pedro y Eva están discutiendo sobre la verdad en el hombre y la verdad en la mujer en esto tan de moda como es el amor. Pedro es muy escéptico y niega tal verdad tanto en el hombre como en la mujer; mientras que Eva es muy epicúrea y ferviente feminista y niega la verdad en el hombre pero no niega la verdad en la mujer a la hora de sentir el amor sincero.
Aprovecho estos minutos de acalorado diálogo para introducirme, con el pensamiento, en el pensamiento de los antiguos escépticos griegos (y no porque yo sea escéptico). En aquel Pirrón de Élide que tuvo la ocurrencia de ser el creador de esta corriente filosófica con sus célebres ataraxias del siglo III a. C. cuando viajaba con las tropas de Alejandro Magno y llegó a la conclusión de que no eran ciertas ni las verdades griegas creídas como tales ni algunas de sus tradiciones culturales. Y pienso también en sus discípulos Timón de Fliunte, Arcesilao de Pitane y Clifómano de Cartago (todos ellos opuestos y rivales de las verdades idealísticas de los aristotélicos y partidarios de la deducción escéptica en vez de la asunción de los ritos y las leyendas helénicas).
De repente, José Gomáriz, que está rellenando el crucigrama del periódico en una mesa lejana, levanta su voz:
-¿Alguien puede decirme cuál es la voz de la cabra?. ¡Tiene sólo dos letras!.
Escepticismo en la sala. Hasta que un chavalillo de 12 años de edad, que está jugando con un perrito de aguas, exclama que es ¡Be!, con B de Boda…
José Gomáriz lo comprueba. Es cierto. Encaja en el resto del crucigrama. La voz e la cabra es ¡Be!, con B de boda…
Pedro y Eva siguen discutiendo, ere que ere, sobre las verdades amorosas en el hombre y en la mujer. Estos dos se llevan a matar pero muchos dicen que están súper enamorados.y acabarán como la voz de la cabra: con B de Boda (insisten otra vez). Pedro es de Historia. Eva es de Turismo. Historia y Turismo siempre congeniaron bien… pero Pedro es escéptico y Eva es epicúrea. Escepticismo y epicureísmo ¿ligan bien?. No sé. Habrá que acudir a los ensayos sobre antigua filosofía griega para responder a esta incógnita. Pero Pedro y Eva ligan a su manera discordante.
Me sumerjo de nuevo en los escépticos. Ahora repaso nombres como Luciano de Samosata, Sixto Empírico, Carneades de Cirene, Ptolomeo también de Cirene, Diógenes Laercio, Marco Aurelio, Filón de Larissa y Antígono de Asalón. Nada, Ninguno me despeja la duda de si escepticismo se escribe o no se escribe con equis. ¡Son tan escépticos todos ellos!…
¿Escepticismo se escribe con equis?. Creo que no, salvo que sea una excepción (que sí se escribe con equis) que confirme la regla según la Real Academia de la Lengua. Ya de vuelta, en el portal de mi casa, me encuentro con la vecina cordobesa del piso e arriba y le pregunto por el asunto. “!Jezú mi arma que anarfabeto ez uztez… ezepticismo se escribe zon zeta!”..
Me deja excépticamente descolocado la cordobesa. Y sobre todo ojiplático (que es una palabra que he aprendido de nuestro amigo Onlythebestones) mientras recuerdo un texto publicado por otro voremio (Carlos Montuenga) en el ya lejano 3 de noviembre de 2004 y en el cual preguntaba si la filosofía seguía interesando a las generaciones de hoy en día. ¡Ya ves que sí, Carlos… aunque como ocurre con Pedro y Eva no nos demos cuenta de ello y aunque sólo sea para salvarnos de esta forma de vivir tan apuradamente escéptica!.
Efectivamente, escepticismo parece una excepción cómo ocurre con escenario y escisión, porque la mayoría se escribe con equis como sucede con excéntrico, excepcional, excesivo, excipiente, excisión o excitar entre otras muchas palabras. pero tu reflexión me gusta por lo que contiene de alma humana. Pedro tendrá que dejar de ser escéptico absoluto si desea ser feliz junto a Eva y Eva deberá aflojar un poco su epicureidad si desea enamorar definitivamente a Pedro. Y me encantan ese José Gomáriz y el niño de los 12 años desentrañando la voz de la cabra. Si. Es Be con B de Boda o con B de Balido… que en esto e ser escéptic@ nunca se sabe… un abrazo, diesel… y gracias por tus magnífico Diarios.
!Salvémonos del escepticismo total aunque se escriba con ese y no con equis!. !Salvémonos de la sin importancia que algunos quieren dar a este mundo!. !Salvémonos del quemeimportismo!. Y hagamos lo imposible para volver a ser como el niño de los 12 años que es, para mi, el tono más adorable de esta página de tu querido Diario. Mañana, quizás, lo escéptico de Pedro se quedará borrado con la epicúrea presencia de Eva y , sobre todo, por la ingenuidad de ese José Gomáriz que es (por lo leído en otras páginas de tus Diarios) ni más ni menos que el célebre Relojero de Manila. El de los 95 años de sabiduría letal dentro de sus simplificaciones.