Millones de espejos doblan mi imagen y yo, que aun sabiendo que mi alma no es un buen reflejo, busco incesante la cara real de mi verdad.
Rompo cada cristal por su brillo falso, por su transparencia creada, para ver con los ojos de la autenticidad, aunque esta, sea oscura, aunque esta, sea imperfecta, pues ella…sigue siendo el fondo de este mar bravo de mí ser.
Y cada espejo va cayendo, la luz ni siquiera es nítida. Y por mi ventana corre aire… es lo único que escucho, es lo único que importa.
Mas esa pequeña ráfaga, pequeña ráfaga entre huracanes y vientos valientes devoradores del silencio…soy yo.
Y si, prefiero escuchar a mi corazón que ser veleta esperando a la repuesta del aire para poder ser vista con los ojos de la sutil inocencia.
Porque prefiero bailar descalza en la noche, bailar descalza y de puntillas, que ser la princesa de un palacio sin brillo.
Y así quiero ser, tal y como me tocó ser, tal y como vivo y siento.
Me he sentido totalmente identificada con tu texto. La valentía de tu autoafirmación me ha conmovido como quizá no imaginas.
Sigue prefiriendo bailar descalza y de puntillas en la noche, que es tuya y nadie te la puede quitar.
Un abrazo.
Tremendamente interesantes las imagenes de los espejos, la luz,la oscuridad, los ojos de la inocencia y de la autenticidad.
Se te ve muy linda bailando descalza en la noche 😉
Qué intenso el viaje por nuestras identidades, sintiendo nuestra multiplicidad y nuestra unidad, aceptando quién o quienes somos…, yo también me he mirado y me he visto en tus espejos. Un abrazo