No es del punto cero de la física cuántica (del que tanto se habla desde los tiempos de Einstein) del que quiero reflexionar. Tampoco del punto cero que tanto comentan los economistas de la globalización. Ni tan siquiera del punto cero de los astrólogos ni el de los psicólogos del siglo XXI. Hoy, esta noche abulense/avilesina, en que despierto mis letras entre párrafos del ensueño, mi reflexión se refiere al punto “cero” de la bohemia azul del Vorem. Con un vaso de “bayleis” en medio me introduzco en el vacío absoluto de lo casi imposible. Porque el olvido es tan imposible para el ser humano como definir con absoluta precisión lo que es el infinito. Imposible. De eso se trata precisamente…
Se trata de la “energía del vacío” que hay que potenciar para enfrentarse ante una hoja en blanco y así, montado en el sinfín de las “estrellas terrestres”, intentar observar la página por comenzar… ¿y cómo comenzar a escribir sobre el punto “cero” a lo Vorem de un relato casi infinito?. ¿Imposible?. No, compañeros. No tanto…
Sabemos que hay siempre un límite en la precisión de lo que queremos definir. Un límite que no es cuantitativo ni cualitativo porque en realidad no existe. Pero es necesario, para escribir desde el punto “cero” de todos nosotros y nosotras, tener que determinar una posición y un momento. ¿De qué posición y de qué momento estoy hablándoos si sabemos que a una posición conocida corresponde siempre un momento desconocido y, viceversa, a un momento conocido corresponde siempre una posición desconocida?. No. No es eso tan cierto. No estoy de acuerdo, en este punto, con los físico/matemáticos de la memoria…
Si olvidar es imposible no es tan imposible superar el olvido. ¿Qué es superar el olvido?. Por supuesto que no es olvidar. Superar el olvido es recordar siempre hasta encontrar un momento en nuestra particular historia personal para alcanzar una posición totalmente nueva. ¿Qué es imposible pensáis alguno o alguna?. No. No es imposible…
El punto “cero” a lo Vorem de todo escritor o escritora es un estado interior anterior a las opiniones y los razonamientos sobre la vida y los demás. Esa es la posición y ese es el momento coordinantes ambos en una misma latitud. Recordad siempre, para ello, que el punto “cero” a lo Vorem es siempre un equilibrio de ying y yang. ¿Os hablo entonces de retomar la inconsciencia infantil primitivista para poder lograr escribir con ojos nuevos?. Quizás sí. Es posible entenderlo así pero con matices. Porque hay que tener en cuenta que abandonar nuestros pre-juicios positivos (hablo por supuesto solamente de los positivos y rechazo los negativos) alcanzados a través de nuestra evolución humana no es posible. Es también imposible no tener pre-juicios, por lo tanto, cuando ya somos conscientes de la existencia de la vida y de la existencia de los demás. Lo importante es que nuestro punto “cero” como escritores y escritoras sea una posición y un momento de pre-juicio no determinante. Que se deje fluir y pueda ser flexible y cambiable. ¿Pero qué es un pre-juicio positivo?…
Es abandonar las opiniones rebosadas de tiempo y experiencia y renovar tanto el corazón interno de nuestras palabras habladas o escritas que hablemos o escribamos con ojos nuevos. Si. Ojos nuevos. Para hablar o escribir desde una forma de ver “cero” que vaya más allá de las opiniones y los razonamientos prejuicios. Ese el es pre-juicio positivo. Un pre-juicio posible de renovar y hasta de intercambiar o desterrar para siempre. Un pre-juicio que no nos condiciones esclavizadamente…
Nawad El-Saadawi es una escritora egipcia, de 74 años de edad, que en su vejez ha escrito un libro feminista titulado “Mujer en punto cero”. Para ello superó los pre-juicios negativos y los convirtió en un solo pre-juicio positivo. Habla ahora de los feminismos árabes y el tremendo y peligroso mundo en que se desarrollan. Yo no voy ahora a entrar en feminismo para hablar de mi reflexión sino del “Ser Humano en punto cero”. Del Ser Humano que hace memoria (a la cual es imposible olvidar) para volverla hacia sí mismo y hacia los demás. Para abrir, por ejemplo, la página en blanco y comenzar a escribir con ojos nuevos. Sí. El Ser Humano que se vuelve a la memoria “cero”, la memoria de su futuro personal evolucionado, parte siempre del punto “cero”. A mejor estamos ahora pensando ya en alguna utopía. Pues bien. ¿Y qué?. Si es así, adelante sin miedo alguno. Lo mejor que tiene el Ser Humano es la utopía de pensar, hablar o escribir desde el punto “cero”. Eso lo hacemos continuamente todos y todas en Vorem. Al menos eso es lo que yo analizo después de tres años de estar en esta “Patria” voremista. La utopía del escritor y del lector. La cara desnuda de nuestro propio ser…
Ese es el punto “cero” del que os quería compartir mi reflexión en esta página en blanco del Vorem. Nosotros mismos pero al desnudo, tal como estaríamos ante un espejo psicológico falto de memoria. No es que tengamos que olvidar nada. No es que tengamos que negar a la memoria. Ambas cosas son imposibles. Tampoco es que tengamos que obligarnos a enloquecer de impotencia ante el pasado. Lo que os quiero transmitir es que siempre seáis reales y naturales. De que sigáis siendo como sois. Escribiendo desde el punto “cero” de vuestra conciencia unida a la inconsciencia de los preinfantil pero imbuídos por esa experiencia y madurez que os da la vida y la memoria. Las vuestras y las de los demás…
Arrancad los límites a las palabras y partid siempre de ese punto “cero” donde se condensa toda vuestra vida y memoria personal y colectiva, individual y social a la vez, para lograr seguir siendo siempre inéditos pero reconocibles. Alguien quizás piense que eso sólo se logra con estimulantes peligrosos. No. Jamás. El estimulante “extraño” destruye. Seguid solo el impulso, la energía y la espontaneidad de vuestra propia naturaleza. El punto “cero” de todas nuestras memorias es todo lo contrario a la evasión artificiosa. Si estamos totalmente con vitalismo fluctuante es porque entendemos que el punto “cero” natural es el que nos hace estar plenos. Por eso esta noche brindo con mi copita de “bayleis” por todos y por todas y os invito a que sigáis enfrentándoos siempre a esas aperturas voremias de momentos espontáneos a través de la tarea de crear vuestros texstos con vuestras propias imágenes de vida y de memoria. Sin puntos “cero” no tendríamos imaginación. Y eso es lo que importa…
Por un momento, me he animado mucho al ver el comienzo de tu texto, cuando mencionas la física cuántica. Estoy sumamente interesada en ella, en la teoría de cuerdas, etc. Pero como no hay mente menos científica que la mía, ahí me quedo.
Creo que es cierto lo que se dice sobre los escritores, que siempre hay un punto de partida en sus obras que es autobiográfico. Si no un punto de partida, sí al menos un atisbo. Porque, si no, ¿cómo hablar de impresiones, sentimientos, alegrías, dolores, si nunca se han experimentado? Tengo mil anécdotas referentes a mi vida laboral, pero imposible transmitirlas a quien no conozca el ambiente en que se produjeron ni a los personajes involucrados.
Tenemos que contar, de alguna forma, con la complicidad de quien nos vaya a leer. Lanzamos un pequeño texto sin saber si a alguien le va a gustar, o si le va a parecer una mamarrachada a todo el mundo.
Pero, si no salimos a la palestra, si no arriesgamos algo (que bien mirado es poco por lo del anonimato), siempre nos quedaremos con la duda. Además, no llevo mucho tiempo en Vorem, pero estoy encantada con vosotros. Me parecéis estupendos. Claro que tú, Diesel, con Baileys y en Avila… así cualquiera.
Un beso muy fuerte. (no sé si mi comentario tiene que ver con lo que tú propones).
Creo que en mayor o menos medida todos y cada uno de nosotros (aquellos que damos rienda suelta a pensamientos, imaginaciones y filosofías varias…) hemos superado ese punto “cero” del que hablas. Un punto cero que recordamos con cariño cuando el resultado de nuestro enfrentamiento a él da frases y más frases de absoluta sinceridad con nosotros mismos, con nuestras constumbres, nuestras formas de ver la vida y con esos prejuicios positivos.
Recuerdo cuando me sentía un extraño ante las letras. Leía algo de diesel y pensaba ¿Que quiere decirme con ésto? ¿De qué habla exactamente? Miraba poesías de dos lineas y me decía a mi mismo que su autor podía haberselo currado más.
Nada más lejos de un acierto. Tú, Diesel, es decir, tus textos, enseñan a mirarnos unos a otros con inocencia, como bien dices despues de haber crecido… y a veces las poesías cortas expresan más que pilas de libros sin significado propio.
Por ello y por muchas cosas en Vorem he aprendido muchas cosas. Nadie ha intentado enseñarme, pero he sabido hacerlo, por que sin darnos cuenta abrimos una ventana unos con otros y charlamos, y cada día aprendemos inconscientemente unos de otros, de lo errores y de los aciertos, y creo que eso es demasiado positivo como para pasarlo por alto. Un saludo!
Yo creo que te ha sentado muy bien el ” bayleis” Diesel jaja. Va con muchísimo cariño esta pequeña broma ehhhhhhhhhhhhhh. Un abrazo. alaia
Hola Carlota, claro que tiene que ver en algunos aspectos tu comentario con mi texto. La libertad de expresión parte de la libertad de comprensión y quienes escribís y comentáis en Vorem demostráis siempre comprensión y libertad. Es cierto que lo acabo de escribir en Ávila. Te cuento Carlota. Estuve esta noche del día 9 de octubre en viaje relámpago a Ávila y me invitaron al Bar Pub Punto Cero que está en la calle de Las Villas muy cerca de la Glorieta del Descubrimiento y el Centro Psiquiátrico Infantas Elena y Cristina. si vas por Ávila en alguna ocasión no te lo pierdas pasar por allí. El caso es que estuve después un momento a solas con mi página en blanco y comencé a pensar en el nombre del pub (Punto Cero) y es cuando me vino a la inspiración eso de tratar de explicar lo que puede suponer un punto cero para un escritor o escritora. Lo habéis comentado perfectamente pero por supuesto que es un texto muy subjetivo y tiene miles de interpretaciones. Cada ser humano que lee y escribe tiene multitud de puntos ceros de los que partir… y yo en ese momento… con mi Bayleis a media copa (soy muy moderado bebiendo)me sentí lleno de inquietud por tratar de explicar a todos los compañeros y compañeras del Vorem (amigos invisibles de entrañable presencia) lo que estaba experimentando ante la hoja en blanco. Así que dejé correr la pluma recordando a Nawal El-Saadawi… !Un abrazo a todo el Vorem!.
Creo que desde el primer texto que publicaste en Vorem sabías experimentar tus puntos “ceros” con gran intuición, ismael. Nos pasa a los voremios y voremias. Lo llamo punto “cero” con comillas porque no es un cero que parte de la nada (no es quedarse en blanco o pérdida de memoria) sino un “cero” acumulativo como dice muy bien Carlota y también intuyes tú en tu comentario. Todos los que escriben lo notan muchas veces en su interior. La experiencia se queda a un lado marginal para hacernos inocencia y luego la experiencia recupera su espacio cuando la inocencia nos tiene lanzados hacia adelante. !Seguro que sabéis de lo que hablo!. Lo voremios y voremias somos así… un abrazo.
!Ja,ja,ja,ja… alaia… cómo me has hecho reir!. !Claro que lo tomo como broma llena de simpatía!. Verás Alaia. Haz la prueba. Toma una noche media copa de Bayleis bajo la luna y procura mezclarlo con dos estrellas de la noche… si… con dos estrellas en forma de pensamiento… y verás como te sale todo un párrafo completo sin apenas darte cuenta. Sigue. No pares. Has encontrado el punto “cero”. Sigue. Terminarás por escribir un texto sobre cualquier asunto o materia. Tenlo por seguro alaia. Un besote vorémico amiga.
Estoy totalmente deacuerdo contigo amigo del alma, ahí que buscar ese punto cero a diario, hace tiempo comenze una novela se titulaba una niña llamada cero, va siendo hora que continue con mi obra, gracias por enseñarme a perderme en el punto cero de mi espiritu un poquito más maestro José, un besazo
¡Dios mio, Diesel! 😉 Nunca se me dieron las matemáticas y eso del “punto cero” no lo entiendo muy bien.
Es difícil liberarse de la mochila llena de experiencias que nos da la vida, del aprendizaje y los valores y/o prejuicios, incluso a la hora de escribir.
Si lo que quieres decir es que intentemos ver/escribir la vida con ciertos ojos inocentes, libres y frescos, se intenta, se intenta, pero la vida es uno y sus circunstancias. La inocencia de la niñez, en la que todo era nuevo y todo nos sorprendía ¡ojalá la pudieramos recuperar!
!!Hola Only!!. !Eso es!. !Eso es precisamente lo que quiero decir al desdecirlo!. Lo has adivinado. Que el punto “cero” no es un desalojo de experiencias como dices muy bien tú, sino una completa sinfonía de memoria en la que todo comienza de nuevo cada vez que nos enfrentamos ante un papel en blanco. Verás, Only, tú lo estás haciendo ahora con tu comentario. No abandonas los valores ni tienes que abandonarlos jamás, como tampoco el aprendizaje ni los prejuicios positivos (desechemos los negativos siempre) y por supuesto sin desprenderse de la vida. Pero todo eso es la “energía creativa” de la que hablo. Esa energía que nos hace capaces de inventarnos nuevameente en cada texto que escribimos. Only: por ejemplo ¿cómo descubriste el parámetro “umbrófilo” de uno de tus últimos y bellos textos?. Estoy seguro de que partiste de un punto “cero” para llenarte de conciencia. A veces es difícil explicarlo pero es muy sencillo muy sencillo sentirlo. El vacío no existe. Dicen que es dificilísimo hallar el vacío absoluto (solo en el espacio interestelas existe y no en las naturalezas humanas). No. No es un vacío el punto “cero” que noté la noche del 9 de octubre en Ávila. Es el punto en que coincidió mi inocencia con mi experiencia. Todos los contradictorios devenires de mi vida se juntaron (como ocurre con todos los voremios y voremias y en eso estoy totalmente seguro) para sentirme ausencia y presencia a la vez. Tuve ausencia psíquica y presencia física ante la hoja en blanco. Y tuve que recurrir a lo aprendido para comenzar a desaprender… quizás lo explico de manera “extraña” pero la mejor manera de entenderlo es asirnos a la hoja en blanco y escribir. Mira lo que has escrito. Algo. Algo nuevo. Algo que parte de un punto “cero” incompleto para llegar ¿a dónde?. A dónde te han estimulado tus propias condiciones humanas de carácter natural. Al desnudo de ti mismo.
!Dios mío, Only!. !Un sincero abrazo de tu amigo!.
!Eso es Alicia!. !Todos lo estáis interpretando de diferente manera pero de la misma a la vez!. Esa es la unívoca esencia de ser voremista. Que ese espíritu tuyo es lo que en verdad equivale a la posición correcta y el momento exacto de encontrar el punto “cero” no de los vacíos sino de todo el contenido natural de tu interior sin impureza alguna. Despréndete de las pro-posiciones y concéntrate en tu pre-posición para escribir esa novela Alicia. Sé que te vas a encontrar cómoda y feliz con tu “Niña Cero”. Otro besazo para ti, Alicia. !Y arriba todos los corazones!.
¡Dios mio, Diesel! Tendré que reflexionar sobre ese punto cero. Creo que voy intuyendo qué significa 😉
Y sin embargo lo entiendo querido Diesel. Digo sin embargo sólo porque soy relativamente muy joven. 21 años de edad. Pûes a pesar de llevar poco tiempo en la literatura vorémica entiendo con perfección lo que intentas señalar en tu punto “cero” a lo Vorem. Encuentro un método natural y evolutivo en eso de recoger toda las experiencias (las pocas o muchas que tengamos son siempre importantísimas) y renacernos en un nuevo quehacer. No importa el tema. No importa el género (poesía, prosa o ensayo). No importa tampoco tanto la forma (es la libertad vorémica la que importa). Ni tampoco importa tanto el estilo. Lo que importa, en realidad, es como tú muy bien señalas, Diesel, esa capacidad espontánea de renacernos con todo el equipaje. Cierto es lo de Only cuando dice que somos circunstancias y todas ellas se acumulan en la mochila. Lo que tú nos estás señalando, diesel, es que esa mochila repleta de circunstancias es precisamente la que nos puede hacer capaces o capacitarnos para encontrar cada día y en cada instante nuestros múltiples puntos “ceros”. Besos para ti Diesel y para todos los compañeros y compañeras de este inagotable Vorem.
Carolina, me agrada tu sencillez al expresarlo. Tu manera de entender el punto “cero” a lo Vorem es (al igual que la de todos los voremios y voremias que leen y escriben o solo leen) es que es genuina y unívoca. Quizás podríamos añadir precisamente eso al punto “cero”: que la característica más importante y esencial de él es lo que tiene de genuino, espontáneo y natural… y por eso mismo es lo que tiene de inocencia. No es una inocencia infantil ni madura. Es algo distinto. Es la inocencia de la plenitud. ¿Te has fijado que todo el Vorem está lleno de hombres y mujeres que, sea cual sea su edad, están en plenitud creativa?. Eso puede ser otra característica esencial del punto “cero”. La energía solidaria/solitaria con cada uno de nosotros mismos y a la vez alambiqueada en el colectivo de todos nosotros. Si, Carolina. Tus puntos “ceros” como la de todos nosotros y nosotras no se basan en el número axiomático de nuestras edades (21 en tu caso) sino en ese parámetro equivalente a la imaginación y que es propio de quienes parten de los puntos “cero” al escribir o al pensar. Por eso… precisamente por eso… yo me encuentro y me reencuentro mucho más y mucho más feliz en Vorem que en otros lugares llenos de complejidades dialécticas academicistas. El Libro de Vorem.com que hace ya más de un mes que está en mi casa es un ejemplo. No lo cambio por ningún otro porque su valor no es de factura lineal y metodológica sino que es valor de espontaneidad y criterio “cero”. “Cero” siempre entrecomillado Carolina, porque repito que no es ausencia de experiencias o prejuicios sino precisamente de aprovechar todas esas presencias para ausentarnos de razones previas. Las razones aparecen a medida que vamos escribiendo. Yo he notado en Vorem una asombrosa capacidad ascendente en todos sus componentes humanos. ¿Por qué?. Porque hay un estímulo personal y colectivo. Una especie de catarsis en formas de puntos “ceros” llenos de contenidos. Y es que esos contenidos son ilimitados si queremos que sean así… Un cálido beso, Carolina. Gracias por tu amistad.
Aficionada a leer mucho desde niña, a veces escribo también… !y capto perfectamente lo que quieres decir!. Si. Estoy de acuerdo pero nunca lo había pensado y meditado como tú lo has expuesto magistralmente. Es precisamente esa sensación de punto “cero” equlibrador de ausencias y presencias a la vez a lo que estás refiriéndote ¿no es así?. Yo entiendo que todo escritor genuino /o escritora) debe experimentar esos puntos “ceros” si quieres ser auténtico a la vez. Un abrazo.
Si Popea. Me refiero a las ausencias de prejuicios negativos en medio de la continua presencia de experimentaciones vitales. Cada vez que llenamos la mochila de la que habla Only estamos acumulando sensaciones que podemos dejar o no dejar… y si logramos acumular el sentido de recomenzar siempre de nuevo no es por supuesto abandonar la memoria ni los recuerdos sino que a partir de todo ello comenzar de un punto “cero” para seguir creando/recreando nueva memoria y nuevos recuerdos. Es tan natural como la vida misma. ¿Y cuál es la mejor literatura si no la natural y propia de cada uno de nosotros?. Al mirarnos al espejo de la hoja en blanco no vemos nada pero lo presentimos todo y si partimos de ese “cero” cargado de equipaje podemos construir siempre ilimitadamente. No tiene infinito las literaturas tipo Vorem pero tampoco tienen límites predecibles como sí los tienen las Literaturas Oficiales.
Queridisimo diesel me encanta tu texto y no me quedare sin hacer la carrera de psicólogia.Me gustaria aprender del punto cero de nuestra imaginacion a descubrir nuestra mente aun ya se algunas cosas me gustaria sacaras esto me dijeras donde
!Hola Virgi!. !Un gustazo saber de nuevo de ti!. Verás, amiga vorémica, la verdad es que esta idea del punto “cero” (yo siempre lo entrecomillo para diferenciarlo del punto cero tan conocido en física cuántica, astronomía y economía entre otras ciencias) ha sido algo que me ha surgido de repente, por espontaneidad, pero llevaba tiempo pensando inconscientemente en ello. Es un desarrollo genuino que no lo he estudiado en ninguna parte (salvo que hay algo parecido sobre ello en los estudios de las ciencias de psicología. Lo que te puedo decir es que lo escribí pensando profundamente en el Vorem y la manera de escribir que tenemos todos los voremios y voremias (con la pluralidad de estilos y técnicas que existen aquí y que son heterogeneidad natural dentro de un contexto homogéneo que es la verdadera libertad de expresión). Si, Virgi. Hay mucho de psicología intuitiva en ello y está dentro de todas nuestras capacidades vorémicas. La carrera de psicología (materia de la que sólo he estudiado un poco) es realmente muy interesante para clarificar nuestros pensamientos humanos. El punmto cero de nuestra imaginación, Virgi, está dentro de ti. Sólo tienes que dejar fluir la conciencia, la consciencia y la subconsciencia a la vez. No es difícil porque lo hacemos sin darnos cuenta. Y tú seguramente lo has experimentado muchas veces. Cuando te encuentres en ese momento y en esa posición toma una hoja en blanco y escribe. Poesía. Relato. Cuento. Divulgación. Página de Diario. Da lo mismo. Escribe sin miedo ni temor alguno (el miedo hace perder a muchos escritores la oportunidad de expresar grandes ideas sencillas o profundas pero siempre interesantes y sobre todo determinantes de nuestra personalidad. Muchos no escrtiben (aún teniendo potenciales para ello) porque creen difícil hacerlo o creen que comprometen su personalidad. Nada de eso. Eso es totalmente erróneo. Muchos saben escribir de maravilla con la forma y técnica que han desarrollado de manera natural. No te preocupes y no caigas en ese error. El punto “cero” a lo Vorem del que escribí por espontaneidad es sólo el momento de querer… y querer es poder… querer abandonar conocimiento sin perder la memoria y ese mismo conocimiento fluye rápidamente y sin ningún esfuerzo. Adelante Virgi. Podemos hablar de esto todo cuánto quieras. Para eso está el Vorem. Para dialogar con toda libertad. Cuéntame todo lo que se te ocurra sobre el punto “cero” y verás cuánto descubres sobre tu propia personalidad. Como dicen Greko, Only, Carlota, Alexis y otros muchos y muchas más, lo único que importa en literatura de la verdadera es poner el corazón en marcha. !Un abrazo, Virgi!. !Me alegra “hablar” contigo y todos vosotros y vosotras!.
Hola virgi. Quiero presentarte una disculpa. Por un lapsus me he dirigido a ti como querida compañera pero me parece que alguien me ha dicho que eres un compañero y no una compañera. Perdona la equivocación si es así. Un abrazo e amigo sincero y gracias… muchas gracias… escribes por cierto muy bien
gracias diesel.un besazo.
!Hola Virginia!. Queda aclarado que eres una compañera (como yo había supuesto desde un principio) y no un compañero (como me había insinuado equivocadamente una persona. Contesto a tu inquietud. Yo me refiero a querer es poder (en esta teoría del punto “cero”) al hecho de que si queremos escribir algo inédito que suponga una novedad para nosotros mismos (si supone una novedad para los que lo leen es algo ya más secundario) podemo hacerlo a través de un método que se me ocurre intentar explicar. Verás. Para encontrar esa novedad en nosotros mismos (que no tiene nada que ver con que sea novedad para los demás aunque a veces también lo sea) es cuestión de plantarnos ante la hoja de papel en blanco y olvidar, por unos momentos, toda la mochila de conocimientos de la que nos habla Only acertadamente. Olvida esos conocimientos al comenzar porque después, al ir hilvanando frases, ideas, pensamientos, etc. en nuestro texto te irás dando cuenta de que van fluyendo tus conocimientos de manera natural y no forzada. Espontáneamente, cuando estamos escribiendo desde la perspectiva de este punto “cero” (el olvido de los conocimientos anteriore) la memoria nos va trayendo suficientes elementos y recursos para ir escribiendo un texto original y novedoso en el que, curiosamente, hasta nos sorprende la cantidad de matices que se nos van ocurriendo y que en un principio no habíamos pensado en ellos. Cuando escribas partiendo de un punto “cero” (que sólo es una manera de escribir por cierto pero de carácter muy vorémico) no fuerces para nada tu imaginación. No te obligues a pensar excesivamente si lo que escribes es completamente perfecto (la perfección no existe ni en Literatura ni enm ningún arte de la vida humana) y no te esfuerces ni desesperes por el tiempo en que tardes en ir desarrollando el texto (a veces sale de un solo tirón y a veces es necesario ir mucho más lento). cuando escribas partiendo desde un punto “cero” a lo Vorem no olvides nunca ser tú misma y no te dejes influir demasiado por la escritura de nadie (a no ser que estés realizando un trabajo de invesitgación o crítica literara). en el momento en que está escribiendo poesía, cuento, relato, hoja de diario o una invitación a la literatura en el estilo “punto cero” deja fluir toda tu personalidad en el texto. No tengas ningún temor ni complejo ni atadura alguna en traspasar al texto la verdadera interioridad de tí misma. Lo que estarás produciendo (si dejas fluir tu naturalidad espontánea de manera completamente libre) es un cúmulo de ideas que formarán un contenido que te va a sorprender a ti misma (compruébalo si lo deseas) y yo creo que la verdadera emoción del escritor o la escritora no es que lo elogien o lo critiquen los demás lectores sino que se pueda sorprender a si mismo o a si misma al ver la cantidad de expresión inédita que puede salir de su interior. Es como si abriésemos una fuente interna a nuestro pensamiento y descubríésemos que el líquido que mana de él nos resulta completamente estimulante. Hay muchas otras cosas que podríamos hablar sobre el querer es poder referido al punto “cero2 vorémico pero tenemos todo el tiempo del mundo para ir demostrándolo en este nuestro espacio Vorem que es patria inédita y novedosa. Un besote, Virginia.
¿De qué manantial filosófico-literario salió tal maravillosa teoría?. !Desde luego es fantástico, Diesel!. Lo acabo de leer una y otra vez y siempre que lo leo me entran profundas reflexiones diferentes. ¿Es verdad, según tú afirmas, que los puntos “ceros” al estilo Vorem son creaciones lúcidas a través de la memoria olvidada que se va recuperando lenta pero profundamente mientras discurre el texto que escribe?. Lo estoy intentando comprobar en mi propia persona (es la primera vez que alguien me hace plantearme esto en serio) y veo que llevas razón. Si. Creo que es una manera muy original de escribir. Muy original y muy rica. Intentaré enviaros algo que escriba en algún momento de estos en que el punto “cero” me entre en la conciencia… ¿porque de conciencia vivencial trata el fondo del asunto verdad?. Confirmame si es cierto o aclaramed si estoy errado. Un abrazo profundo…
Si, Nandoyo. La conciencia vivencial nada tiene que ver con las muchas o pocas experiencias que hayamos tenido. No es cuestión de cantidad ni tan siquiera de calidad sino de otro concepto llamado intensidad. Es de esa intensidad con que podemos vivir algún acontecimiento de donde extraigo yo la idea de conciencia vivencial que es muy importante para el punto “cero” a lo Vorem. En realidad lo que deducí para presentaros este texto a debate no es filosofía teórica ni tan siquiera una filosofía deductiva o inductiva, sino una filosofía (si se quiere llamar así en caso de que se acepte tal sentido del texto) deducible. La filosofía deducible está al margen de los conceptos y los objetos y se llena ampliamente de los sujetos. ¿Explico esto o lo dejo para un debate posible en otro momento y situación más aconsejable?. Un fuerte abrazo, compañero.
Entro bastante tarde al debate pero estoy muy ineteresado, amgio diesel, en que me expliques cómo significas tú esa teoría filosófica de lo deducible en cuanto a los sujetos fuera del contexto de los conceptos y los objetos. !Estoy interesado en el tema que me parece realmente interesante y lo quiero comprender!. Es un tema verdaderamente interesaante este que se ha ido desarrollando a lo largo de los comentarios y no quiero perder la oportunidad de pertenecer a él. Explícame, por favor, diesel lo de lo deducible en cuanto a los sujetos. Gracias y un abrazo.
Amigo Sancho: para escribir desde el punto “cero” vorémico hay que tener en cuenta que no se basa en los principios de la abstracción conceptual ni de la concreción objetual sino que todo ello arranca y se resume en el propio sujeto escritor o escritora voremista. Es en la persona en sí misma donde se reúne el concepto y el objeto deducibles por la serie inarticulada del texto escrito que surge de la adecuacuión momentánea de la memoria. A medida que va surgiendo el texto desde únicamente el sujeto escritor o escritora es ccuando vamos armonizando abstracción conceptual y concreción objetiva. Por eso escribir a lo “vorem” no participa de ningún ismo salvo el de la propia libertad de elección del autor o la autora. Eso es escribir sin concepto previo ni obejto consecuente a ese concepto previo. Se escribe, por lo tanto, “a posteriori”… y es a partir de ese “a posteriori” de donde va surgiendo la secuencia lógica voremista. Una forma de escribir inhibida de cualqueir ismo y circunstancia ajena a la que interpreta por “filosofía deducible” el sujeto que está dando suelta a su imaginación. Espero haberlo aclarado suficientemente bien. Un abrazo, Sancho.
Sé que llego ya muy tarde al debate pero Vorem tiene de bueno que siempre es actualidad. Me he quedado impresionado profundamente por esta teoría de Diesel y me ha llenado de impaciencia preguntarte algo, compañero… ¿tiene algo que ver el punto “cero” a lo vorem con la escritura “automática” o son dos conceptos totalmente diferentes como estoy creyendo yo?. Lo pregunto porque en mi barriada estamos debatiendo este tema.
Hola Cantoro. Nunca se llega tarde a los debates vorémicos. Voy a intentar situar tu pregunta primeramente señalando las semejanzas entre la escritura automática y el punto cero a lo vorem: efectivamente, la escritura automática, que tanto propugnaron André Breton y los surrealistas del fines del XIX, se basa en liberar el pensamiento de cualquier censura previa, escribir sin consciencia (como entrando en un trance) y dejar que el inconsciente libere las ideas del artista (el yo libre de influjos). Hay mucho de eso en el punto cero a lo vorem. Pero hay otras cosas diferentes. Yo no propongo olvidar a la memoria (como aconseja la escritura automática), yo lo que propongo es escribir sin memoria inicial pero ir recuperándola a medida que vamos escribiendo el texto. El punto cero de vorem es arrancar de una inconsciencia para introducirse en una consciencia plena y madura. El punto cero a lo vormen no es escritura automática aunque tenga paralelismos con ella. Por ejemplo propugno un no a la censura y a los prejuicios previos negativos (que no tienen nada que ver con los prejuicios previos positivos de los cuales nadie debe desligarse al escribir). Un prejuicio previo positivo (positivo) siempre es un excelente punto de partida para encontrar el punto cero a lo vorem. Si nos quedamos vacíos de contenido (como dice la escritura automática) no podemos producir una coherencia del inconsciente. Yo propugno un vacío lleno de ideas que, en principio, no debemos saber a dónde nos conducirán… pero poco a poco se nos van abriendo a múltiples variaciones que enriquecen el texto ahora ya sí de manera consciente. La escritura automática es algo así como un abandono o una renuncia absolita. El punto cero a lo vorem ni abandona ni renuncia a nada salvo en el momento inicial. Seguimos hablando si deseas porque hay mucho más por contar pero se acaba el límite del contexto de mi comentario. ¿Segumos hablando, Cantoro?. Si. Estás en lo cierto. Punto cero a lo vorem no es lo mismo que escritura automática.