Sépase que en una época de cómoda queja y silenciosa arbitrariedad con el entendimiento, es un lujo de crítica el nacer cuando las masas populares y no el individuo íntegro e intimista, con un pensamiento lúcido en activo, han rechazado las rebeliones, claudicado de sus derechos, arrodillados ante el Dios de la materia y la propiedad. Sentados en la barra del prostíbulo, cobijando entre las piernas la mamada de un mundo ya jodido.
Dada la condición, consecuencia y circunstancia, Catarsis brota en tierra yerma, lo que da, si cabe, un mayor compromiso social. Sin pretender salvar almas, sí que es un reto noble y digno de arrebato para fusionar, difundir y fomentar la cultura en su máxima expresión artística. La creación nació antes de que llegara el hombre. El tarro de cristal que contenía los elementos básicos, quebró, desperdigándose, formando la naturaleza,
¡La auténtica natura!, vegetación, ríos, cielos…todo aquello que el humano extraterreno está extinguiendo por el brillo codicioso de un falso metal y el lema “sálvese quién pueda”. Física y espiritualmente el hambre y el sufrimiento van en desquiciado aumento, alejándose de una ficticia calidad de vida.
El poeta y filósofo trascendentalista Ralph Waldo Emerson, sentenció que “la vida no es una excusa” y añadió enarbolando estoicamente “quién aspire a ser hombre habrá de ser inconformista. Aunque es fácil platicar, hoy ser inconformista sin papel de curso legal es como sentirse el hombre elefante, sin embargo el amigo tenía sentido común, razón y lógica…imagino que por algún motivo semejante, nació Catarsis en un frío otoño de 1996 después de una serie de presentaciones, apretones de mano y un objetivo afín: el Arte. El experimento vio la luz en el mes de agosto de 1997 con la publicación de una revista colectiva. Hasta entonces nuestra sede era ambulante, reuniéndonos en casas regionales, centros cívicos o cafés tertulia como Nostromo, Salambó, Zürich, el Café de la Ópera, Amagatotis o els 4 gats, lugares representativos de la bohemia de principios del siglo XX.. En estos locales siempre he hallado el vaho modernista y algo que beber de aquella época evocada en mis sueños, sueños donde están presentes la comunicación, la pintura, el papel y la pluma. Los principios de cualquier movimiento rompedor son recordados siempre con nostalgia, aun sin haberlos vivido. Lástima que aquel ambiente de ayer mágico solo quede presente en el postergado decorado histórico de alguna biografía cinematográfica.
Leo un artículo en un periódico sobre Daniel Manjares, un escritor desconocido que había trabajado en varios diarios y que con 37 años murió trágicamente sin poder cumplir el deseo de publicar un libro, por lo que la edición fue póstuma, -me pregunto cúantos Daniel Manjares habrá por ahí, crucificados por el mercado grande de la palabra-; Subrayé unas líneas del artículo en cuestión. Daniel escribe: “…me compraban la prosa por peso y yo sentía que me pesaban el alma…la gente ha dado en bobo y la burguesía, desorientada por la traición del proletariado ya no da genios ni profetas. Puede que todo sea cosa de habituarse, la resignación templa y morigera el espíritu”. En el epílogo un emotivo recordatorio explica. “Era humilde y dubitativo, dos virtudes literarias infrecuentes”, quizá por eso nadie se ha enterado de su existencia fuera de un puñado de conocidos y algunos explotadores de su talento, esos mismos que ahora le han olvidado. Cuando la mierda que producen todos los días ya no sirva ni como estiércol, la prosa de Manjares podrá leerse como modelo de una época en la que reinó la mediocridad de lujo.
Y volviendo a Catarsis…no deseamos tapiar puertas a la imaginación ni levantar muros inquisitoriales, no nos importan las edades, religiones, lenguas, razas. Muy al contrario necesitamos creer en la diversidad y en la riqueza personal del intercambio de culturas y la mundialización de los pueblos. Encontraremos todo tipo de ramificaciones visualizadas del arte en general, más esto no puede acabar aquí, paso a paso debemos ir superando calidad y estilo e innovando secciones para no caer en el fácil costumbrismo tantas veces repetido. Con el tiempo se ha creado una asociación independiente, con local propio, donde se hacen tertulias, presentaciones de libros…de revistas…aunque se halle cimentada, no podemos olvidar ese hilo pernicioso que separa el hundimiento de la continuidad. Siempre acecha el enemigo de los ideales, el que teme un abordaje. Cuando nace una figura calificada de líder carismático que puede interferir en los intereses de la poderosa ignorancia competitiva, quizá hasta de cambiar el mundo, se interpone una mano aniquiladora y enigmática, recordemos a Martin Luther King, Kennedy, Gandhi y por qué no, Lennon y tantos otros. Tenemos que despertar del como en que nos hallamos inmersos y reclamar un grito que nos pertenece. Lucharemos para no dejar de crear y crearemos para que no cese la lucha….
Un comentario sobre “Catarsis (1996-2003)”
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Adelante Catarsis. No déis por perdida la Utopía de la Lucha Reivindicativa. Yo animo desde mi lejano escritorio.