Resalta en la esquina de la Mayor con la Martínez Campos el quiosco de Paco con sus vitrinas repletas de revistas y los diarios sobre el mostrador de madera. Es este Paco un hombre feliz, campechano, abierto, hablador… habla “hasta por los codos” nuestro Paco. Es una verdadera fuente informativa para todo quien quiera saber “que se cuece” en la barriada, en lo nacional y en lo internacional, No hay noticia que no conozca. Frente a su quiosco, el local de la lotería, la loto, la primitiva, el euromillón, la quiniela… miles de sueños formando en las largas colas de quienes buscan “un golpe de suerte”. Y a golpes de voz, Paco me llama para tomarnos un café en Studio 3.
Son las 8 de la noche. Paco ha cerrado ya el quiosco (universo global de noticias sin fin) y tiene ganas de hablar con alguien. Nos sentamos a tomar el café. Que lleva 30 años de matrimonio y sigue amando a su mujer como el primer día que se enamoró de ella es el inicio, el aperitivo para toda una larga serie de comentarios.., porque Paco “raja más que el cuchillo de un melonero”.
Es dialéctico Paco. Como hombre de la calle conoce los entresijos de lo que es vivir al aire libre. Y de eso hablamos ahora. De la libertad. Y todo porque en el sobrecito de azúcar que diluyo en mi café hay una frase impresa de Luis Vives que dice: “libre es aquel que apetece solamente lo que está en sus manos alcanzar; siervo, el que tiene otras ambiciones”. De la libertad hemos hablado un largo rato. De lo que es sentirse libre o esclavo de nuestras ambiciones. Al final nos despedimos hasta mañana. El quisco verde y crema de Paco queda a la expectativa. Mañana volverán las revistas a lucir en sus vitrinas y los diarios a rebosar el mostrador de madera. Libertad. Hermosa conquista esta de poder hablar con un vecino.