Un día cualquiera.

Son las siete y media de la mañana. El Aston Villa va ganando (1-0) al Manchester City. Vuela una pesada mosca por el salón. Una pesada mosca con absurdos vuelos del amanecer, como si hubiera pasado toda la noche tomando vino moscatel. Minuto 30.Cambio al Canal de la Música Latina…

Aquellos que tienen la dignidad de ser hombres verdaderos están tomando café hirviendo. Yo me conformo solo con un te, mientras el Aston Villa sigue jugando. Pero yo estoy lejos ya de las Islas Británicas. ¿Dónde andará la vida en este día cualquiera?. Alguien cuenta la biografía completa de Pep Guardiola. El fútbol. Siempre el fútbol como alienación de las mentes.

Busco el equilibrio perfecto. Para ello es necesario saber entender quiénes son las autoridades en el hogar.Los jóvenes y jovencitas de hoy no saben aquello de “la letra con sangre entra”. Por eso se creen los todopoderosos de la sociedad. ¿Qúé clase de sociedad es ésta si a cada lado que mires sólo ves mamarrachadas sin valor alguno?. No. No tengo ganas de escribir como el “jogo bonito” que llama ahora Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid… y si hay que meterles “caña” a los jovencitos y jovencitas de hoy en día se les mete “caña” y asunto solucionado.

Yo escucho el viento ulular como los grajos. Sí. Los grajos de hoy en día, vestidos con trajes fúnebres, también ululan con sus botas militares. Sigo diciendo lo mismo. Si hay que meterles “caña” se les mete “caña” y todos en paz. A mí me educaron asi y jamás tuve complejo ni trauma alguno…

En el Club de los Poetas Muertos la poesía… como es lógico… es un arte de moribundos. Menos mal que el viento me hace olvidar. A veces me dan ganas de tomar un carajillo caliente y mandar al viento a esta juventud corrupta y corrompida. A ver si volando un poco con el pensamiento entienden ya por fin lo que es la vida en un día cualquiera.

Sigue la música latina. Ahora es ya todo un encender la conciencia. Salgo al jardín para pasear unos minutos con Wendy. Wendy es siempre fiel. Mucho más fiel que los ingratos y las ingratas que se llaman gente. Pena me da de que no sepan lo que es ser persona. Paseo con Wendy mientras pienso y recuerdo al chulo de Machón… el “querido” de Ordóñez a punto de romperse la cabeza contra la poesía hecha fútbol. El Manchester City ha empatado a 1 con el Aston Villa. Sigo pensando en aquel “equipucho”. Machón es sólo el “pobre diablo”… el “querido” del míster. Y es que hasta mariquitas como Nacho,Saturnino, Villa y Cortés hay en aquel “equipucho” de infaustos recuerdos para mí. Recuerdo al Fausto de Goethe… y me hundo en la literatura de Miguel Sánchez Robles para olvidarme y para que me olviden…

¿Dónde andará la vida en un día cualqiera como hoy?. En cualquier lugar menos en aquel campo de fútbol de la E.M.T. en donde recuerdo a Pedro gritando a todo pulmón: !!Nacho envidioso por qué no sacas a jugar a Diesel que estamos perdiendo el partido por tu culpa!!. A mí no me importa. Yo ya estoy hundido en la poesía de Miguel: “Era la vida un despilfarro rojo de claveles / carne, ardor y columpios, / libros hasta el final y risas fijas / Tomábamos amor con las cucharas / y era inútil el mar contra nosotros”.

Sí. Me voy. Me voy a la Casa de la Cultura para seguir hundiéndome cada vez más en la poesía libre..

2 comentarios sobre “Un día cualquiera.”

  1. Un beso, Wersi… un beso sano y amistoso. ¡Quieres que te cuente una cuestión sobre aquello aunque sea hacerlo en público?. !Nunca mendigué jugar en aquel equipo!. No. Pero fui más feliz jugando en la Casa de Campo durante dos años invencibles… así fue el asunto, amiga Wersi. Y que venga ahora el Notario y de cuenta del Acta. ¿Sabes otra cosa?. En el Campo del Gas aún quedan los ecos del Poeta del Gol y otras jugadas dignas de recordar. !Ocurre que los suplentes siempre les zurraban a los titulares!. Eso bien que lo sabe el amigo Escalonilla y hasta “El Churri”… jejejeje…

  2. Textos como este son los que me hacen pensar y darme cada día más cuenta de lo buen pensador que eres. Transmites tus sentires de una forma tan peculiar que nos haces tesitigos de tu andar diario.
    Un abrazo

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un día cualquiera

Anochece…. un día cualquiera
por mi ventana veo anochecer…
los colores en el cielo….amarillo, ocre, rojo …
tarde tranquila… las palmeras no se mueven,
en la paz que me trasmite esta vista preciosa
me pregunto
¿Qué es la vida? ¿porqué vivimos? ¿para qué?
esas preguntas que nos hacemos cuando perdemos de vista el horizonte.…
será que vivimos para ser mejores personas,
querer más, amar más, disfrutar de la vida.
¿Será así?
Anochece…..
Un día cualquiera

3 comentarios sobre “un día cualquiera”

  1. Un amigo mío, bastante sabio él, dice que seguimos viviendo porque tenemos algo que aprender. Que el día que ya sepamos lo que hemos venido a aprender, nos marcharemos.
    ¿Qué es la vida? A veces una marcha triunfal, otras un fardo agotador. ¿Por qué y para qué vivimos? Para, como dice mi amigo, aprender, aprender y aprender.

  2. Preguntas que todos llegamos a hacernos, que un atardecer nos hace cuestionarnos, que dudamos y nos examinamos… ¿Estamos yendo por el camino correcto?. Este texto nos conduce a ver el mismo atardecer y las preguntas quedan para que las respondamos nosotros, en nuestro interior. Un saludo.

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Un día cualquiera

Tomamos café por la mañana pensando en los viejos fantasmas del ayer pero más allá de las postrimerías de cada inicio se encuentra la reformulación de los nuevos encuentros… encuentros con las sinfonías de un futuro que se expande con las volutas humeantes de nuestro quehacer diario. Café de inicios que rueda por las aristas de nuestras sensaciones y abre espacios nuevos a las ristras de edades por vivir. Tenemos un suspiro en este día cualquiera de nuestras existencias y vemos que, adornándonos la esencial presencia de cada misterio, hoy es un pasatiempo más ajeno que tenemos que sentir. Y en cada sorbo que tomamos se nos abre un futuro de esperanzas que ya está rayando la barrera de lo insostenible. Así que, aislados de un presente sin materia, creamos una existencia de verdades colgadas en los sueños de cada uno de nosotros. Y seguimos sorbiendo tramos de existencia sin dejar de pensar en lo inaudito de cada uno de los segundos en que, sentados ante la máquina, nos convertimos en verdaderamente humanos.

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