Muéstrame bien el camino
para escapar del dolor
y correr ante el terror
que me da el fiero destino.
Me encuentro sumido en un mar
que me cubre en todas partes,
un mar donde ya he estado antes
y que hoy no me quiere soltar.
Veo a mis entrañas volar
al purgatorio de Dante
para poder escapar.
Y si escapar no es mudarse,
déjame al menos no estar,
aquí no puedo quedarme.
El mar conoce tu miedo, tu suerte, y quizás te sujete fuerte para que sepas que hasta el peor de los miedos nos hace sentir más fuertes.
¡Un beso!.