Acabo de terminar de leer “El libro de Rachel”, de Martin Amis. Me ha llamado especialmente la atención el siguiente pasaje:
“Necesidad de que R. sea testigo de todo lo que hago, que lo experimente, que mire por encima de mi hombro; un deseo de estar permanentemente en presencia de ella (que no es lo mismo que estar con ella); pero la tengo siempre aquí.
Y llegué a darme cuenta de esto debido, en parte, a que yo actuaba como si ella estuviera, en efecto, a mi lado. Si ella hubiera estado en realidad observándome durante esas dos semanas, no tendría nada que ocultar. Únicamente me sentía solo cuando entraba en el baño y cerraba la puerta.”
Martin Amis (Oxford, 1949) escribió esta novela en 1973, por tanto con sólo 24 años.
Da mucho que pensar eso de “Un deseo de estar permanentemente en presencia de ella (que no es lo mismo que estar con ella) pero la tengo siempre aquí”. Tanto da que pensar que apunto la frase y esta noche meditaré para escribir mi consecuente reflexión. Mañana os lo trascribo al Vorem. Carlota, no conozco El libro de Rachel pero viendo lo que has escrito me lo apunto para buscarlo y leerlo.