Hay en el Museo del Louvre, en París, una estatuilla egipcia en la que se ve a un escriba sentado. Este escriba se llamó Nebmerutef y se encuentra leyendo unos papiros mientras está siendo protegido por el busto de un mono, el babuino del dios Tot. En la base de la estatuilla hay escrita una frase en caracteres jeroglíficos que es ejemplo de la sabiduría de Nebmerutef.
Son los babuinos unos simios de la familia de los catarrinos originarios de África, de hocico alargado y formas robustas, que está más adaptado a la vida terrestre que a la arbórea y que vive en grupos organizados. Los catarrinos, por cierto, son un suborden de primates que comprenden los simios del antiguo continente, de orificios nasales muy próximos, cola no prensil y provistos de 32 dientes. Además de los babuinos son también catarrinos los macacos.
To (o Thot) es la divinidad egipcia de la sabiduría y la escritura, representada con cabeza de ibis. En la época grecorromana fue identificado con Hermes Trimegisto. Tot fue convertido por los griegos de la época helenística (en el siglo III de nuestra Era) en “tres veces grande” (Trimegisto) y se le considera autor de varios libros secretos relativos a la magia y a la alquimia.
El ibis es un ave del orden de las zancudas, con pico largo y curvado hacia abajo. Su plumaje es blanco excepto la cabeza, el cuello y las puntas de las alas que son negros. El ibis era sagrado entre los antiguos egipcios, los cuales lo veneraban como una encarnación del dios Tot.
En cuanto a Nebmerutef se sabe, por textos egipcios escritos, que fue un famoso escriba que vivió hacia el año 1.400 antes de Cristo, durante el llamado Imperio Nuevo o Segundo Imperio Tebano (cuando la capital de Egipto era Tebas). Egipto era, en aquel entonces, una de las grandes potencias del Próximo oriente (estamos hablando del período que abarca desde la Dinastía XVIII a la Dinastía XX).
Nebmerutef ejerció como escriba durante el reinado del faraón Amenofis III de la Dinastía XVIII, que fue el padre del célebre Amenofis IV quien inició el culto a Atón con el nombre de Ajnatón y tuvo amores con la sensual Nefertiti (base del argumento de la novela Sinuhé el Egipcio escrita en 1945 por el finlandés Mika Waltari).
Esta estatuilla formada por el conjunto del escriba Nebmerutef y el busto de la cabeza del babuino del dios Tot (que se encuentra en el Louvre) constituye todavía la imagen emblemática de Egipto y está elaborada en una roca de esquisto que es un material sedimentario y metamórfico, exfoliado mecánicamente en hojas, o sea que está dividia en láminas o escamas.
Es preciosa la figura del escriba Nebmerutef.
También preciosa la “Cabeza de Nefertiti” que se conserva en el Museo de Berlín y que es muestra de que esa reina debía poseer una belleza intemporal, que no desdeciría nada en nuestros días por el refinamiento de su maquillaje y de sus adornos.