Tú eres…
La culpable de todo y de nada
La que me hace sentir
La que me hace pensar
La que me hace luchar
La que me hace experimentar
La que me hace recordar
La que me hace vivir
La que me hace sudar
La que me hace viajar
La que me hace ver
La que me hace perder
La que me hace ganar
Tú eres mi compañera de viaje, de un viaje hacia la ilusión.
Me gusta sentir tu tacto en cada momento, la fusión entre el bien y el mal, cada gesto es importante para que seas la mejor.
Seguiré contigo vieja compañera.
El eterno tú eres… y el yo soy… reflexiones que encierran un mundo infinito que nos desboca el pensamiento en profundas cabalgadas metafísicas. El tú y el yo,el ying y el yang, el bien y el mal. Las ideas complementarias que solo tienen sentido una junto a la otra.
Yo soy…
El que se despide.
Un saludo.
La compañía de la compañera siempre es un mágico objeto/sujeto que tú catalizas inteligentemente en este poema caleidoscópico. Cada yo como dice kiowa es un yingyang del retorno. La compañera es, en este caso, la propia compañía de nuestro yo masculino. Muy interesante.