Una académica británica de origen español (María M. Delgado) ha analizado estos últimos días con ocasíón de la publicación de su libro titulado “Federico García Lorca”, en Londres, cómo el mito de este poeta es tan imponente que supera al personaje real. Sólo nos queda ya el mito. El proceso de mitificación ha sido tan enorme que ya no sabemos cuál puede ser la personalidad verdadera de Lorca.
La mitificación del poeta granadino comenzó en vida de Lorca y continuó, tanto en España como en el extranjero, tras su trágica muerte (fusilado por combatientes del bando franquista que se alzó en armas contra la República en 1936). Para la comunidad internacional fue una representación de que en España estaba ciertamente ocurriendo una guerra civil, una guerra civil que era capaz de matar a poetas.
Su asesinato, en la madrugada del 19 de agosto de 1936, en el barranco de Víznar, inspiró a poetas del mundo entero hasta incluso de Polonia (como Stanislaw Skoneczny) y de Argelia (como Badir Hadj Ali) y su vida y su muerte han sido llevadas muchas veces tanto al cine como al teatro.
En el cine destaca la célebre película “Lorca, muerte de un poeta” de Juan Antonio Bardem… y las academias cineastas pronto han encontrado la impronta lorquiana en las películas del realizador manchego Pedro Almodóvar como ocurre en “Volver” y “Tacones lejanos”. Para la generación de Almodóvar, Lorca representaba un futuro malogrado. Es como si aquello que no pudo hacer Lorca ellos fueron a continuarlo. En el teatro hay una obra de Trader Faulkner titulada exacta y sucintamente “Lorca”.
Pero si buceamos más allá y rastreamos las huellas del mito de Lorca nos encontramos también con muchos músicos atraídos por la figura del genial granadino; desde Robert Wyatt (fundador de Soft Machine) a Camarón de la Isla o el punk británico.
Como “voz de los vencidos”, Lorca es símbolo permanente de lo que se perdió con la derota republicana en la Guerra Civil y eso se muestra en la canción “Spanish bombs” con la cual la también mítica banda de punk The Clash cantaba “Federico Lorca se murió y ya no está” (“Federico Lorca is dead and gone”) y “Take this Waltz” (1988), una de las canciones más famosas del cantautor canadiense Leonard Cohen está basada en una traducción del poema lorquiano “Pequeño vals vienés”. Por cierto, Cohen puso de nombre Lorca a su hija en honor del poeta español.
Pero si hay una utilización del mito que ha sorprendido hoy en día es la del turismo. Cuando llegas a Granada, la presencia de Lorca está muy viva por todas partes. Vas a la Alhambra y ya no es la sede de la civilización islámica que tantos años duró sino un sitio donde Lorca jugó de pequeño y lo pasó bien con los amigos. Hasta ahí llega la mitificación de este poeta.
Sin embargo, he oído a algunos vituperar a Lorca, negando toda calidad a sus poemas y obras de teatro. Diciendo, además, que fuera de España no le conoce nadie…
Hay quien quiere reescribir la historia, sin duda.
PS. Te contesté a lo de Walonia en un mensaje privado.