Desde esas tierras testigos de tu nacimiento,
mi voz se va deshaciendo para quedar vientos
un ritmo de pasos letargicos
me va absorbiendo
Los dedos se me vuelven sal
y me preguntan porque sigo
diez y cinco, diez y cinco
se me va destrozando el alma
sublevada como si misma
hastiada de escalas vertidas
en brazos abstemios
y me preguntan que escribo
Los minerales conformando tus lineas
los espejos de una muralla enardecida
vivo en un solitario infierno lejitos
y mas lejitos de un cielo cubierto de espinas
la cruz enmohecida
y los llantos secos en arenas extintas
anacronicas palabras faltas de energia
Te vi nacer y te reviento
en miles de petalos lila
en trescientas cortinas ardiendo
iluminando el cuadro mas bello de tus dias
Dejame volver
vida mia
muerte mia
y bebere tus lagrimas mientras
duermes en mi frente
perforada
Cantame
diez y cinco
diez y cinco
susurros desde tu garganta afonica
Solo acercate a mirar cuanto arde
el sonidito de tu respirar
Creo que el clonazepam es un fármaco que toman personas que sufren depresiones nerviosas o síntomas de pa´nico. No sé si ha sido este tucaso, pero el poema es muy bueno en cuanto a lo que contiene de ansiedad anímica. Es un curioso detalle de estado anímico que da confluencias entre las preguntas enardecidas y el acercamiento al ser humano. Un abrazo, compañero. Tienes profundidades muy enigmáticas pero interesantes de por sí.
Yo diria que el personaje mas bien leyó alguno e los pasajes del Necronomicón y al tener la visión de Cthulhu, le empezó a pasar eso de convertirse en sal, y su alma se empezo a destrozar. Eso le sucedió, dicen, al maese Alhazred al final del su vida.