Distanciadamente-Olvido

Es el Madrid del silencio
la noche y la luna apretadas,
cuando se duerme el milenio
de la historia repetida
porque la tarde pasada
fue una experiencia sentida
junto a tu cuerpo sin dueño…
junto a tu boca encendida…

Esto aquí… en el lecho
Miro al techo…
busco un hecho…
y me fijo en el cartel
que cuelga
como un helecho
de la cercana pared.

Tú estabas preciosa de brillos
estelares en el pelo
y embarcada entre mis brazos
navegaste por el cielo
del suave atardecer.

Mas llegó, al fin, la noche
y la próxima vez…
estarás tal vez tan lejos
distanciadamente-olvido
que sólo pienso y le pido,
al presente anochecer,
unas páginas en blanco
para poder recoger
el sentir de lo vivido,
distanciadamente-olvido,
como gotas de placer.

Me arranco presidios-palabras
que se quedan liberadas
en las hojas del querer…
y escuchando una guitarra
que maneja algún poeta
se me inunda de nostalgia
el desconchado anaquel
donde reposa su siesta
el poema que escribí;
y unos libros de historia,
distanciadamente-olvido,
me hacen sentir que viví
ciertos espacios de gloria
que grabaron mi memoria
con tu presencia de aquí.

Canción que rasgas desvelos…
Viajera guitarra de anhelos
en la noche madrileña…
¿No ves, pequeña viajera
que ella también viajó
y, distanciadamente-olvido,
quisiera quedar dormido
en mi pequeño rincón?.

Mas se abrieron las puertas del sueño
para sentirme ya dueño
de todo el planeta-sentir.

Por eso ya se está quieta
la historia que algún poeta
rasgaba con su plañir…

Los besos… !prohibido!…
pero pensarte en silencio
aún lo tengo permitido
mientras me queda el sentir…

Y subo…
Y vuelo…
Y me deslizo…
Y cuanto más grande es mi empeño
de verme atrapado en tu hechizo
descubro..
desvelo…
que me he quedado dormido
entres los versos y el sueño.

Mientras tanto…
las hojas del álamo tiemblan,
los cielos se humedecen
y estremecen
las languideces nocturnas
de algunas charlas que siembran
sus esperanzas diurnas
en boca de barrenderos…
Todo está ya dormido
salvo breves pasajeros…

Todo está ya dormido
mas los pájaros despertarán
y, distanciadamente-olvido,
sé que recordarán
cuando yo estuve contigo.

La ciudad duerme…
Duermen todas las paredes
de esta humilde habitación;
mas los pájaros, por fieles,
con sus sonidos alegres
te brindarán mi canción.
Silencio…
Silencio…
Que canta mi corazón.

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