Pudiera ser que la luz,
matizara la presencia de la rosa,
jugando con sus sombras,
marchitándola al viento.
También podría la flor,
ser insensible y acromática,
negar su coloración,
volviéndose mate y gris.
Mas el rojo palpitar,
del resplandor del amor,
hace fluir la savia por sus venas,
y la hincha de esplendor.
Ella intenta con rubor,
permanecer cerrada,
ser sólo un lindo brote,
pero se abre la flor a la vida.
Los agentes externos,
la oxidan y envejecen,
los días pasan veloces,
y la flor desaparece.
Efímera la belleza de la rosa,
fugaz la flor de primavera,
breve la vida humana,
pasajeros del tiempo somos….
La belleza de las flores siempre es efímera, pero mientras permanece nos hacen un regalo cada vez que las miramos. Las prefiero en su planta en vez de cortadas.
Somos los hijos de un momento, Kiowa. Los que viven como la flor y mueren como la primavera o viceversa. Somos vida breve, pasajera y a la vez mistérica y permanente. Somos. simplemente somos, Kiowa.
Estamos de paso en esta vida , somos como las flores, mientras estamos en todo nuestro esplendor vamos a hacer lo posible por ser bellos a los ojos de los demás y dejar nuestro perfume dejando un bello rastro a nuestro paso . Un besote.
P.D: Pero que bien escribes amigo mio ,