Hoy es tu día, y estos dedos tocan a marcha en el filo de la mesa del teléfono, La Llamada contiene letras enormes que frenan mis ansias. Ha pasado ya tiempo desde la última vez que escuché tu voz, y más aun desde la primera vez que nos vimos. Momentos, navajas de doble filo con las que medito haciendo malabares. Pensar que no soy yo quien en este instante se ilumina con tu cara radiante, ni son estas manos inquietas las que recorren a roces la arena de tu piel.
Que extraño dudar cuando decimos que existe tanta confianza, tanta complicidad, tanto afecto… un momento me confiesa, y me convierto en un invitado de mas en esta fiesta, porque cierro los ojos y veo a este alguien mas que escarba en mi animo y a aquel alguien mas quien te aprisiona en sus abrazos y no hay nada que hacer al respecto.
Momentos, tan etéreos y fugaces, un abrir y cerrar de ojos, permitirse a uno mismo levantar un auricular y al final decir NO, no es hacer esta llamada lo que buscan mis deseos, y me repito lo mismo en lo mis dedos presionan sin prisa los botones mientras se entreabren mis labios, sorbiendo ese aliento indispensable para el primer saludo.
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¿Para que hablar por teléfono si existe el sms, el chat, el i-meil?
Incluso se dice que hay algunos retrógrados y premodernos que gustan de hablar en persona. Solo espero que esa llamada no se haya hecho por celular, porque esos infelices te cobran hasta por PENSAR en hacer la llamada, y eso, con tarifas de larga distancia internacional.
Suena a reflexión hecha cadencia de lo inverosímil y a la vez verídico que es lo cotidiano de nuestro dwambular por el mundo. Una llamada puede trastocar todo un esquema de fijación temperamental. Tienes hechuras de escritora con gancho, Dinoraluz….
Identifico esos pensamientos antes de hacer la Llamada. Pero tú sabes que haces la Llamada porque es tu voluntad, como igualmente lo sería colgar el teléfono en cualquier momento, incluso después de marcar y antes del saludo. La fuerza, hasta para hacer lo que es en teoría una simple llamada, la demuestra quien la tiene.
Un beso.
Me gusta como escribes, me parece original… leo una escena no muy atípica, pero con tus ojos, lo que hace que lo vea todo de otra forma. Eres un poco como García Márquez, que hace mágico lo corriente. Un saludico