Quito, 3 de enero de 2005
De siete y cuarto del amanecer a nueve y cuarto de la mañana la mosca del pensamiento ha estado picando ideas: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3.16)…
La vida es sueño y tiene muchos caminos que andamos todos los días, como ha dicho Josué. Pienso en Johny allí abrazado/abrasado desesperadamente a sus pesadillas. ¿Cuál será tu Destino, Johny?. Y tú, Johny, no tienes más remedio que aceptar la imposibilidad de poseerla a Ella. La Princesa tiene dueño. La Princesa ama a Diesel y Diesel ama a La Princesa… por eso debes comenzar a comprender que hay que iniciarse desde lo sencillo, desde lo humilde, y que hay que renunciar a ser el Rey cuando no hemos nacido ungidos para ello. Quizás se siete y cuarto del atardecer a nueve y cuarto de la noche lo hayas podido asumir. Mientras tanto permanece allí, abrazado/abrasado a tus pesadillas…
Y todo el resto del día se resume en rodearme de un café y una papaya. Después, en el Jocay de los pensamientos, me encuentro con Laura…
Sólo Dios sabe si Johny se salvará.