– Hola Only… ¿nos vamos de copas esta noche?.
– Por supuesto que sí, diesel… ¿hacia dónde quieres ir?.
– !Vamonos de copas, Only, al Jardín d ela Bohemia!.
Y tú y yo caminamos bajo la lur el sendero luminoso de los pequeños parques de este frío otoño somnoliento, para hablar junto a dos copas de ron de cosas del alma humana.
Entramos en el bar. Nos sentamos juntos a la ventana y ambos miramos hacia las estrellas…
– ¿Que es para ti la luna, Diesel?.
– Una metáfora del sueño… ¿y para ti, Only?.
– Una fantasía de la vida.
Y es que aquí, los dos riendo bajo la plata estelada de la noche, estamos recogidos entre el sueño y la vida.
– Verás Only… yo pienso que un día la luna alcanzará por fin al sol y se unirán en una nueva ceremonia celestial.
– ¿Crees eso de verdad, Diesel?. ¿Crees que la luna alcanzará algún día al sol para fundar un nuevo mundo?.
– !Claro que sí!. Y la metáfora del sueño que estoy pensando yo será la entera fantasía de la vida que estás pensando tú.
– Escucha, Diesel… escucha…
Only y yo quedamos durante unos minutos en silencio. Sí. Es cierto. Se escucha el leve murmullo de las hojas de los árboles cercanos como anunciando que todo esto que hay a nuestro alrededor (las copas de ron, las mesas de madera, el cenicero de color de bornce, el viejo anciano que fuma en el mostrador, la puerta entreabierta de la cocina, el camarero latino) son sólo las aprentes realidades de este momento en que los dos estamos en medio de la distancia que existe entre un ser y un estar.
– ¿Qué somos en realidad, Diesel?.
– Yo creo que estamos siempre en el mismo proceso Only. Observamos a la luna y oímos el murmullo de las hojas y entonces podemos pensar que somos más libres de lo que creíamos ayer.
– Sí, Diesel. Yo creo que somos más libres de lo que se puede pensar en el corto centímetro de un suspiro.
– ¿Sabes en realidad cuál es la diferencia entre sentirse libre y vivirse libre?.
– Creo que te entiendo, Diesel. Sentirse libre es la metáfora y vivirse libre es la fantasía.
– !Exacto, Only!. Es lo mismo que decíamos antes sobre la luna. Ahora que estamos tomando estas copas de ron, acompañados del rumor de la shojas de los árboles en este otoño frío, hay un verdadero por que´para dialogar sobre lo humano.
– Y yo que creo que lo humano es solamente un mirar alrdededor de nosotros mismos?.
– Pues es cierto, Only. Ahora que me lo haces pensar, es cierto. Más allá de nosotros mismos ya se pierde lo humano y entramos en una nueva dimensión.
– Díme Diesel… ¿qué nombre podríamos poner a es anueva dimensión?.
– Dejando a un lado la metáfora y al otro lado la fantasía… ¿qué nos queda Only?.
– La presencia de lo infinito.
– Pues eso es. La presencia de lo infinito es cómo yo llamaría a esa nueva dimensión que existe más allá de nosotros mismos.
– Entonces… ahora que estamos tomando juntos este par de copas de ron… ¿lo infinito podría ser quizás el momento de sentirnos más cerca de la luna y más lejos de la tierra?.
– Pues sí, Only. Al tomarnos estas copas el uno junto al otro, con la cálida compañía del uno junto al otro, lo que estamos haciendo sencillamente es convertir una hora de palabras en un sencillo minuto de sentimientos. O sea, acercarnos a la luna y alejarnos de la tierra.
Y es que cuando existe la amistad, tomar unas copas en el Jardín de la Bohemia contemplando metáforas de sueño y fantasías de vida, nos hace sentir el alma más liviana y ascendente y el tiempo más cercano a lo meramente humano.
Amigo Diesel,
Esas copas de ron en el Jardín de la Bohemía nos ponen, sin duda, muy metafísicos. Buscando siempre la luna, como se busca un ideal de libertad.
¡Si es que somos un par de “lunáticos”!
¡Muy bonito! Vosotros dos de parranda (pero no al parterre) y los demás aquí, sin que nadie nos invite. Y además, ron a palo seco…
Bueno, bueno.
La próxima cita me apunto a esas copas.
Un beso a los dos
jejejeje Only… lunáticos en los áticos… jejejeje… es solo para decirlo en poesía. Un abrazote.