No encuentro la manera de desahogarme, pensé en fumar, en gritar, en botar cosas, en escribir, pero el llanto me ahogó, no pude hacer otra cosa que consumirme en el, que la música suene y mis ojos no paren de limpiar el sufrimiento causado, aún así me esfuerzo por escribir, por hacer que esta historia no suene tan común como tantas otras que he escrito.
Lloré, hasta que la desesperación por hacer algo me ganó, hasta que me calmará y la sangre vuelva a mis venas, hasta que los últimos suspiros salgan por mi boca, hasta que me puse a pensar en que una vez más lloré, una vez más alguien es el causante de estas lágrimas.

Rememoro rápidamente y cuento las veces que llore por alguien, y son tantas, pero esta vez me duele, más que otras veces, porque las razones son fuertes, porque no hay cosa más cruel que la mentira.
Muchas veces lloré porque no fue, no pasó nada, esta vez pasaron cosas intensas, nunca quise jugar a hacerme la loca, nunca quise jugar al tira y afloja, fui sincera al cien por ciento, todo de golpe y porrazo, directo a los ojos, sin miedo.
Todo pasó rápido, creí muchas miradas, muchas palabras, muchos abrazos, muchos besos, por primera vez creí en alguien en tan poco tiempo, por vez primera me arriesgué a algo que no tenía un futuro asegurado, solo vivía del presente, de lo que sucedía en el momento, de lo que el impulso pedía, de lo que el corazón mandaba.
Ya no se que más decir, sólo que me quedo con el vacío en el corazón, ahora se me hace más difícil cerrar este capítulo de mi vida. Y sólo puedo pensar en una canción que es tan cierta y que resume todo lo que siento ahora.