Donde habita el hombre,
y las bestias son de acero,
allí mismo se esconde,
el peregrino en sus miedos.
Donde habita el mismo pobre,
y los ríos son de fuego,
allí mismo hay un sobre,
con palabras que no entiendo.
Donde camina el pobre ser,
oculto en sus sentimientos,
allí se ve llover,
grandes bolas de fuego.
Donde suspira el caminante,
perdido en sus aposentos,
se mece el vigilante,
de las prosas y los sueños.
Donde respira el semblante,
de un chiflado apagado,
aparece el delineante,
de un cuadro inacabado.
Donde aparece titubeante,
hombre rico enamorado,
sin saber si a su amante,
le habrá llegado el recado.
F.J.D.
en todas las cosas bellas que nos regala la vida, ahí está la verdad.
un besote vorémico mi poeta favorito