Por razones de logística inevitable (ya que muchos de los invitados sólo podían reunirse a primeras horas de la mañana) hemos tenido que estar en La Paz a las 6 de la mañana. Y han acudido todos (aunque muchos de ellos han hecho un gran esfuerzo par estar en la reuniónporque tienen que partir a sus lugares de origen para cuestiones laborales). Pero bien. Como hemos estado todos puntualmente a las 6 de la mañana nadie ha faltado a la cita. Ha habido aquí mujeres y hombres de La Paz, Cochabamba, Oruro y Santa Cruz. A muchos de ellos los conocíamos de antes pero hay otros que son nuevos en nuestra ONG.
Paz es una palabra hermosa de nuestro idioma español sólo cuando se hace realidad en la práctica de nuestras vidas. Hay varias clases de paz, pero la más grande es la paz de espíritu, la que te hace vivir serenamente y la que te hace dormir en profundo sosiego y sin necesidd de pastillas ni somníferos. Todos los aquí reunidos gozamos de paz de espíritu por lo que el diálogo ha sido siempre armonioso.
Debido a lo temprano que hemos cumplido con nuestra labor hemos terminado a las 9 de la mañana.. y como a pesar de que el grupo de los 4 nos encontramos totalmente frescos y con energías suficientes para continuar; es necesario no excedernos demasiado en nuestros esfuerzos físico y como la salida para Argentina es para mañana, resulta que tenemos prácticamente todo el resto del día para descansar y conocer tranquilamente la ciudad de La Paz.
Hace unos años leí la novela Raza de bronce que escribió el gran novelista e historiador boliviano Alcides Arguedas. Ahora me acaban de prestar la novela y aunque la recuerdo muy bien la he repasado ligeramente.
Inicialmente titulada Wata-Wara (después pasó a llamarse Raza de bronce) cuando se lee se descubre que Alcides Arguedas era un pensador social que escribía profundos análisis de las carcteríticas nacionales bolivianas. En su Wata- Wara (Raza de bronce) se contienen todos los elementos de la típica novela indianista de mediado del siglo XX: latifundista siempre ausente, mayordomo brutal, indios oprimidos. La heroína, Wata-Wara, es violada por el mayordomo y después de quedar encinta es objeto de un intento de violación colectiva que le ocasiona la muerte. La novela termina con un levantamiento de los indios.
Sin embargo, el enfoque delata la actitud paternalista del autor respecto a los indios, ya que los ve desde la perspectiva de la Europa industrializada y positivista.
Para Arguedas, el atraso de Bolivia se debe a unas actitudes equivocadas: demasiada humildad y resignación por parte de los indios, cuyas creencias son obstáculos para el progreso; demasiada indiferencia respecto a los sentimientos humanos por parte de los ladinos (los que hablan español) y el terrateniente blanco. Pero debido a esta crítica implícita de las supersticiones de los indios, Arguedas nunca llega a mostrar una comprensión intuitiva de las costumbres que describe. Las fiestas, las ceremonias y la bendición de los peces del lago Titicaca son, para este autor, demostración de ignorancia.
En cambio, la generación siguiente, aunque sin acercarse mucho más a la mentalidad de los indios, los consideraban como una fuerza de vanguardia ante los oligarcas aunque, naturalmente, esta visión era tan simplista como la que Arguedas tenía de las supersticiones de los indios.
Bien Los tiempos históricos están cambiando en toda América Latina. Y por supuesto también en Bolivia con la llegada democrática al poder de Don Evo Morales. Una transición hacia nuevas formas de vida está comenzando a experimentarse en toda América Latina. Ya no está tan lejos, dentro de la inevitble globalización mundial, una Unión de toda América Latina siguiendo el ejemplo de la Unión Europea.
Que todo sea para bien y mejor de estos pa´´ises y sobre todo que siempre impere la paz de espíritu.
Termino (porque yo también deseo salir a pasear por La Paz que es una ciudad que no conozco todavía) dejando escrito en mi diario un poema del peruano Manuel González Prada que tituló “Optimismo”:
“¿Dónde la firme realidad?. Giramos
en medio a torbellino de fantasmas:
en el flujo y reflujo de la vida,
somos los hombres apariciones vanas.
!Más ni disgusto ni furia. Vivamos
en una suave atmósfera optimista;
y si es un corto sueño la existencia
soñemos la bondad y la justicia”.
Sigo tu viaje a través de tus escritos diarios y viajando virtualmente por el google earth.
Te estás recorriendo América Latina de cabo a rabo, es toda un aodisea.
Adelante¡¡¡ y que sea muy agradable todo.
Besos