Otro amanecer oscuro,
otra mañana gris.
Otro despertar sin ganas
de vivir aquí.
Gentes que andan dormidas
sobre un asfalto sin fin,
rostros demacrados,
sin ganas de vivir aquí.
Parados deprimidos,
ahorcados,
en los bordes amarillos
del arcen.
Violadores aburridos
que meten mano a los niños
con mono…
de una mujer.
Buscavidas apretados
en un vestido ajustado
con talle de señora…
de burdel.
Y todos:
sin ganas de vivir aquí.