El C.F. Barcelona se proclamó, por tercera vez en su historia, campeón del torneo mas prestigioso que un club de fútbol puede conseguir: la Copa de Europa. Con ello ha culminado una gran temporada, posiblemente la mas exitosa de su dilatado historial.

Hasta aquí todo tiene una explicación muy sencilla. Practican un gran juego. Alegre, de ataque, de apoyo continuo entre todos los jugadores, y de una altísima calidad técnica; con UN OBJETIVO COMUN muy simple: marcar mas goles que el equipo contrario.

Esta es, a grandes rasgos, la filosofía del juego actual del equipo azulgrana.

Pero, ¿qué ha cambiado en este conjunto?, siendo prácticamente la misma plantilla que el año pasado ¿porqué la campaña anterior no consiguieron nada?, ¿porqué en este curso han conseguido el ya famoso “triplete”?; ¡ojo que aun pueden obtener tres títulos mas: la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Título Intercontinental.

Os diré lo que, en mi opinión, ha cambiado.

Todos los que hemos practicado el balompié y entendemos de esto, sabemos que el éxito final de un equipo comienza a cimentarse, por extraño que parezca, en el vestuario. Esto es lo que ha cambiado, principalmente, en el equipo catalán.

La indisciplina de dos geniales jugadores (Ronaldinho y Deco) había propiciado, la campaña anterior, muy mal ambiente en el resto de la plantilla. Además, el entrenador del equipo no fue capaz de controlar la situación; no sabiendo o no queriendo dar “el puñetazo en la mesa” cuando la ocasión lo requería.

Por lo que me cuentan, la llegada del nuevo técnico, Guardiola, cambió la situación. Un técnico joven, dialogante y aparentemente sin experiencia en el cargo; pero que ha sabido valorar a cada uno de sus pupilos, estimularlos en su profesión, dar oportunidades a los que acababan de llegar, y crear un ambiente de franca camaradería entre todos. Si a eso añadimos su conocimiento del fútbol, su pasión y su entrega a un club que lo ha sido todo en su vida; obtendremos el resultado de la situación actual.

Y dicho esto, ahora quiero hablar un poco del match que ayer pudimos presenciar.

El Barclona no hizo, ni mucho menos, el partido de la temporada; pero sus jugadores tuvieron una gran virtud: se “curraron” el partido a conciencia. Supieron ponerse “el mono de trabajo” y sacrificar el lucimiento personal en aras de conseguir UN OBJETIVO COMUN, la ansiada victoria final. (Todo esto es consecuencia directa de lo que antes comentaba en cuanto a la camaradería, colaboración y buen ambiente que actualmente genera el vestuario).

Comenzaron el encuentro muy nerviosos y descolocados. Un Manchester United desdibujado y un Barcelona irreconocible en su juego, nos dejaron como resultado una pobrísima primera mitad. Tan solo el gol de Eto’o, en una brillante incursión de Iniesta, nos tranquilizó a todos de cara al marcador.

En la segunda parte del encuentro la situación cambió sustancialmente. El equipo catalán se reencontró consigo mismo, supo imponer su estilo de juego, controlando el “tempo” del partido, manejando y escondiendo la bola al equipo contrario; hasta conseguir desquiciarlo de tal manera, que hasta el mismísimo Cristiano Ronaldo se dedicó a cometer faltas y brusquedades, intentando recuperar los balones que sus compañeros no podían ofrecerle.

El conjunto español consiguió el segundo tanto, obra de Messi,y pudo obtener algún premio mas, pero el poste y la falta de puntería final lo evitaron.

En definitiva ganó el Barcelona, ganó el espectáculo, ganó el fútbol español, y yo brindé por la victoria con cava catalán.

Creo haberlo dicho en alguna ocasión, soy madrileño y seguidor del Atlético de Madrid; pero lo cortés no quita lo valiente: Mi mas sincera enhorabuena a la “familia azulgrana”, por la victoria de ayer y por la extraordinaria temporada realizada.

Y esto es todo por hoy, saludos y hasta la próxima.