A paso lento un niño aparece de entre los árboles. Su inocencia le conduce hasta una hermosa mariposa de vivos y plateados colores.
Con sus pequeñas y suaves manos la agarra con la ligereza de una pluma.
Cierra lo ojos y al querer besarla el viento sopla y sopla, las ramas crujen y las aguas se alzan hacia el cielo. Y de él no queda nada. Más que una mágica estrella iluminando a la negra noche.
De pronto, aparece en mi oscura habitación un ángel. Un hombre con mirada de niño y profundidad clara escondiendo mis manos entre las suyas.
Dime que hacemos aquí. ¿Quien eres?
Soy un niño volando en un cuerpo de hombre.
Y se amaron, se besaron y rieron aun si hablar hasta notar a la magia marchar.
Así que ella alzó los brazos tan fuerte que los ojos cerró. Y al abrirlos una mariposa encontró de vivos y plateados colores en una nueva realidad.
De pronto una voz.
¿Que encontraste niña?
Riéndose y con un brillo especial en los ojos respondió:
Un sueño…una ilusión.
¿Quien era esa mariposa? ¿era él o era ella? que mas das. Quizás el encuentro de dos almas buscándose en la noche.
El misterio del amor.
¡Qué relato tan bonito, me encanta¡ Un abrazo.