Érase una vez, en una ciudad de las Españas, de nombre Madrid, en la que vivían dos singulares personajes. Uno de ellos era conocido como El Iluminador de TVE y el otro era el sencillo Fabián teatrero.
El Iluminador de la TVE era un poco arrogante y soberbio. Se creía un galán con las mujeres y un personaje conocedor de la vida. Mientras tanto, el humilde Fabián caminaba por los barrios extremos de Madrid acompañado de una “troupe” en una vieja y alegre camioneta.
El Iluminador de la TVE llegó a ir subiendo escalones en su trabajo aunque no por méritos de estudios (pues no quiso jamás ir a la Universidad) sino en base a adulaciones a sus jefes superiores en forma de chistes verdes.
Fabián seguía poco a poco, sin prisas pero sin pausas, ejercitando sus labores de titiritero y haciendo reír a las sencillas gentes en las callles donde actuaba.
Pues bien. La historia termina en que El Iluminador consiguió alcanzar su sueño: una pequeña jefatura, muy pequeña jefatura… mientras del sencillo Fabián dicen las gentes que todavía continúa haciendo reír a las gentes de los barrios extremos de Madrid.
Ambos son felices a su manera…Un saludo diesel