Disipa la tierra su sed y hambre
en el presente de la piedra herida
cuando, yerma la atmósfera hundida,
el cielo sonámbulo la llave abre.
Qué fea se ve la muerte del sabre
que, convertido en ceniza perdida,
en nada se queda su antigua vida
y a nada su sustancia sabe.
Olvidada la selva antes tupida
de poesía apagada y ya vencida
hoy es sólo un recuerdo grave.
Y la tierra gime convertida
en mustia llanura desabrida
sin agua, sin árbol y sin ave.
Saludos Diesel:
Quizá irán proliferando estas temáticas. Me gusta, de especial manera, tu conexión con la Naturaleza y tu capacidad para expresarte en ella. No de ja de ser doloroso que el “asfalto, la falta de humanidad, la angustia entre cristales engañosos”…cerquen tantos deseos de exixtencia entre vida. Un excelente poema, tan actual como consciente.Saludos de nuevo.