Al Alba se arrebató la virtud con miedo,
porque en vuestros rostros toda luz lucía.
España estaba vacia
de corazones,
en este siestro día.
Lorca, entre limoneros, recogía el puño en alto,
la verdad vencida, el torso menguado de las rosas niñas.
Sobre el muro enladrillado,
los cuerpos colocados para su viaje,
juntan los pies en el temblor del momento.

Trece Rosas gime el viento,
que se van entre fusiles.
Lorca llora entre jazmines
y España languideciendo.
Al Alba cuando hace frío,
los labior rojos de Rosa
entumecen ateridos.
Se les robó la palabra y la vida
en un suspiro.
En el paredón no hay gritos,
ni murmullos lastimeros.
Las Trece Rosas primero
del más bello jardín,
siguieron estan allí.
Lorca es su jardinero.