“Ex” ese es el prefijo para lo que fue y ya no es.

Termine nuestra relación de ocho meses el día de navidad, fue un pésimo regalo y lo sé.

Cuando te lo dije sonreiste, pensaste que era broma? Entonces apresaste mis manos entre las tuyas y lo primero que pediste fue otra oportunidad…

No más!

Aquel momento sentí algo de dolor y un remolino de emociones enturbió mis ojos, pero yo fui más fuerte y calme el corazón con la mente.

Al final he sido firme, no me arrepiento te lo dije aquel día, hoy te lo repito:

“Estoy dispuesta a arriesgarme, a que no me hables, a perder tu amistad, nunca te obligaré a ser mi amigo si aún quieres ser mi novio. También se que eso me dolerá muchísimo”

Después de un rato te calmaste y aceptaste ser mi amigo, toda tu farsa me la creí.

Te fuiste a ver a tu familia y varios días después nos encontramos. Eras algo frío conmigo, entendí el porque y eso no me molestó. Debíamos viajar muy lejos juntos y sería mejor con un amigo.

Confiada me senté a tu lado, me pediste que no fuera tan dura contigo, que era un cambio muy drástico… y trate de ser flexible; hable contigo de lo que sentía por tí, dije que ya no te amaba, lamento haberme confundido, tampoco te deseo, ni quiero besarte, aclaré que a pesar de todo te habías convertido en mi mejor amigo mientras fuimos novios y quería conservar nuestra amistad.

Carlos, estaba dispuesta a luchar por eso, te pedí que fueras sincero… y tu me dijiste que sentías lo mismo y que te esforzarías por verme como una amiga, que me querías; pero durante el viaje me has besado a la fuerza, y te golpee… ahora me reprocho el haber accedido y siento que te confundiste por eso, no quiero verte.

Desaparece de mi vida, borra las fotos y recuerdos, solo he sido sincera contigo, si eso te lastima no podemos estar juntos ni como amigos ni como nada.