¿a quien?

¿a quien amarro con mis palabras?
A los débiles de miedos,
que aullan en las noches mas apartadas de lo humano.
O quizás a los melancólicos de aromas,
que rebuscan en otras vidas el calor de su pasado,
tal vez al mas lejano con herdias abiertas en las manos,
sinsentidos que no sienten, sin presente ni pasado.
Si en mi rostro ya se ve la cuantía de los besos,
justos esos que no me han dado.
Soy la que no se recuerda cuando lloras por tus fallos,
la que olvidas de repente si una voz te ha conquistado.
Tanto que tengo por dar… tanto que aun no he dado.
Dicen que envidia causo sin quererlo ni evitarlo,
que mi figura oscila entre el delírio y el pecado,
que son manos de seda y besos descarados,
ojos negros peligrosos, huidizos y delicados.

Y aun si, soy a la que le confiesas que te has enamorado,
de otra chica, en otro sitio, estando yo aun a tu lado,
sumisa, complaciente, esperando tus alagos
junto a besos que no llegan, con mis ojos castigados.

¿Que me falta, que no tengo?
Siento con el corazón, desquitada del lamento
mi alma es rica en experiencia y en humildad,
el talante con embrujo y el misterio a mitad.
Robo mil besos uno por cada sonrisa que regalo.
Espero, ansío y sueño con un hombre desbocado,
que me arranque de este mundo con sus sueños alocados
que me enseñe, a olvidar y a recordar lo adecuado.
Que me sueñe cada dia y me despierte a su lado.

Cuantas vidas he de dar en tres segundos y un suspiro..
el de ver, el de amar, y el de cumplir lo prometido.

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