Abenarabi (I). Su vida (complemento) (Para Sancho)

Antes de pasar a otros aspectos relativos a la obra y el pensamiento de Abenarabi es importante, si se trata de hacer una tesis sobre este sabio, tener en cuenta dos o tres cuestiones que influyeron poderosamente en la vida de Abenarabi como persona. Ya sabemos que pertenecía a una familia de la alta nobleza del Reino de Taifa de Murcia por lo que al instalarse en Sevilla (acogido por la dinastía almohade de aquel Reino) pasó una juventud palaciega totalmente rodeado de placeres mundanos y que también tuvo tiempo suficiente para dedicarse a las letras (poesía particularmente) mientras su actividad favorita era estar continuamente de cacerías.

Pero fue, mientras vivía en Sevilla (donde llegó a ser nombrado Secretario de Gobierno de la Ciudad), cuando se casó con Mariam, que era una hermosa joven perteneciente a la noble familia de los Banu Aldús (gobernantes del Reino de Taifa de Arcos de la Frontera) y su matrimonio (a través de los ruegos y consejos de su madre y su propia esposa) más la muerte de su padre tras una enfermedad incurable (que sucedió por entonces) le hicieron sentar la cabeza, madurar profundamente y, dejando la vida de disipación y placeres que había llevado hasta ese momento, dedicarse por entero (en cuerpo y alma) al estudio del Din del Islam (conjunto de normas unificadoras de todas las tolerancias y creencias islámicas).

Además, esta elección para el resto de su vida le hizo llevar a tener amistad muy estrecha con el sabio y filósofo Averroes (antiguo amigo de su padre) bajo cuyos consejos inició el “taiqah Qalb malrifeh teriqatul-qalbi ild-hachi” que quiere decir “el camino del corazón hacia el conocimiento de Allah”. Y quiso que este conocimiento fuese verdaderamente real, por lo que se sometió de por vida a él y se hizo sufí.

También es importante señalar, bajo el plano histórico, que su periplo de 2 años en La Meca (la cuna de Mahoma y el principal lugar sagrado de los musulmanes, que tanto le significó cara al futuro) se llevó a cabo entre 1212 y 1214 (una época de verdadero esplendor del Islam) y que fue en 1223 cuando llegó y se erradicó definitivamente en Damasco (Siria) durante el reinado del ayyubí Mu´azzam (de la dinastía que había fundado Saladino pocos años antes), y que ahora eran los grandes señores de Egipto, Siria, gran parte de Mesopotamia, Arabia y Yemen, lo que hizo que Abenarabi conociese todo el Islam Oriental después de haber conocido todo el Islam Occidental.

En esta ciudad fue donde vivió sus últimos 17 años dedicándose a viajar y escribir sin desmayo todas sus experiencias y pensamientos, ayudándose de las decisiones de Mu´azzam de adoptar el rito hanafí (uno de los pocos sultanes ayyubíes que hizo tal cosa) que es una de las cuatro grandes escuelas jurídicas del Islam sunnita (luego adoptada por todo el Imperio Otomano) y la creación de una gran madrasa hanafí así como la restauración de la maqsura de Al-Kadi de la mezquita aljama de Damasco. Todo esto coadyuvó a crear un ámbito totalmente propicio para los estudios y las investigaciones de este enorme personaje de un mundo islámico que durante toda la Edad Media tan suma importancia tuvo para la civilización occidental.

Un comentario sobre “Abenarabi (I). Su vida (complemento) (Para Sancho)”

  1. Me sorprenden tus capacidades investigadoras. Se nota que eres fenomenal a la hora de ayudar a los demás. Cuenta conmigo par alo que quieras y por supuesto que estoy expectante a tus aportaciones que me son muy valiosas para mí. También te agradezco tus detalles de humor en otros textos porque van en la línea de m i pensamiento. Bueno, en cuanto a lo de Abenarabi vaya suerte que tengo con contar con tu ayuda. !Que lkas cerevezas no serán dos sino tres si es que nos encontramos algún día por esta vida!.

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