Mi nube existe posada en el cielo.
Mi nube llorosa gruesa, densa y globular.
Ahí está poderosa.
Llueve agua menuda,
que resbala por mi frente,
que alcabza el suelo
cuando comienzo a andar.
Así formo parte entre el cielo y la tierra,
soy como el puente que al atrevesar
las aguas limpias
germinan la tierra en pasos pausados.
Agua menuda resbala por mi frente,
en la pendiente esperanza de vivir,
vivir el presente.