Nunca llegué a pensar que justo hablase de tí. Poco te conocía y mucho menos hablar. Pequeñas conversaciones en ratos perdidos de la noche de cualquier día, donde el único amigo que tienes para ese momento es un buen disco y un buen vasito de Bourbon, o una fresca rubia. No quita ello que tu compañía fuese non grata, pero visto así queda como un simple añadido a esa minifiesta montada alrededor de tus pulsos binarios.
Después de mucho tiempo he llegado a conocerte, y ahora cada vez que consigo verte y hablar contigo, esa minifiesta se convierte en toda una explosión de lo mejor que me puede rodear dentro de este rincón de paz. Te he visto, y no me puedo quitar de la mente esos ojitos tan claritos, redondos…
Admito tener miedo de aquí en adelante. Tu burbuja es algo que me detiene a hacer muchas cosas. Tomaré en cuenta lo que me dijiste una vez y lo llevaré con calma, pero creo que aunque no me sepa expresar adecuadamente, trato de demostrarlo lo mejor que puedo. No obstante, me alegro de conocerte.
Un comentario sobre “Ahora que te conozco”
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Pues yo opino que te has sabido expresar muy adecuadamente, Destro. Es muy bueno tu sentimiento. Muy bueno tanto en su claridad como en su exposición.