Núnca mas saltaré desde lo alto de un árbol caido…¿Cómo puedo haber pensado que iba a tener suficiente altura como para poder desplegar mis alas de papel?…Sin duda estaba asustado y no quería correr riesgos, por eso, supongo , elegí ese insignificante árbol…Ahora estoy en el suelo y los trozos de la estructura de mis alas están esparcidos por toda la arena. Cansado, sentado en una roca, reflexiono en lo que he fallado…
A lo lejos, hay un gran precipicio, y al darme cuenta de su presencia una gran sonrisa se dibuja en mi rostro… Una sonrisa que me hace pensar que si quiero volar, debo hacerlo con valentía, debo saltar desde muy alto y así tener espacio para disfrutar mientras lo hago, sin pensar en la caida, olvidándome de mis alas de papel pues para elevarme en el cielo solo me hacen falta… mis sueños.
Estoy contigo…si algo merece la pena es aquello que nos hace vencer el miedo para volar tras un sueño…y claro, las alas como los paracaídas no son mas que pobres medidas de seguridad que nos arrebatan la confianza… El peor riesgo se llama jaula y tiene su puerta cerrada a los deseos… Muchas gracias por enseñármelo, compartirlo y vivir!!!