Alcánzame el pañuelo
que voy a llorar
por tus hijos
por tu flia
y tus contactos
Alcánzame el pañuelo
que voy a llorar
por mi
por ti
por ellos
por todos
Alcánzame el pañuelo una vez más
que voy a llorar
por tus carnes
por tu mente
por tu infierno
y tu mundo
que hoy
habitas
Alcánzame por favor el pañuelo
que voy a llorar
por tus muecas sin retorno
por tus mascaradas
tus penas
y tus logros tan victoriosos
Alcánzame esta vez un pañuelo más grande
que voy a llorar
por mi otra vez
por tus instintos
tus apetitos
y tu rabia reflejada
en tu cara de caricatura-criatura-deformada
Tráeme una caja entera de pañuelos desechables
que voy a llorar
Buen poema. Encierra toda una sensación y toda sensación poetizada crea siempre un momento lleno de sentimientos. A veces hasta llorar sirve para demostrar que somos algo así como poetas de las emociones; hombres sin más armadura que el amor.
Mmm… Creo que No merece si quiera que le pidas que te alcance los pañuelos.
Llevas razón, Juanjo. Pedir el pañuelo no es interesante salvo para dar ciertas despedidas para siempre… porque hay seres humanos que es mejor decirles hasta nunca…
Jaja, en realidad si, en algún momento le tuve que decir chau y hasta nunca, y así fue hasta ahora… Saludos a todos, gracias!
Bien hecho Eupires. Y nada de esperar, como hace Julio iglesias, que el río te devuelva el pañuelo. Si tiramos ciertos pañuelos al río es para reír y no llorar; os ea, que ciertos pañuelos mejor es que se los lleve el río y se pierdan en el Mar de los Olvidos.
Un saludo cordial Eupires. Mira el Soneto que alguien ha escrito en Internet sobre esta cuestión de los pañuelos:
Mar de olvidos
Partieron tras la huella del olvido
los sueños que plagaban la conciencia
llenando de vacíos la presencia
de amores con el llanto destejido.
Partieron alejándose del nido
y el viaje lo iniciaron con paciencia,
la espera del regreso es inocencia
la carga del recuerdo se ha perdido.
Encienden nuevas luces a su paso
velando por las noches sus anhelos,
evitan tropezar en el fracaso
alzando la mirada hacia los cielos;
desean en las nubes del ocaso,
encuentren esperanzas y consuelos.
Y adjunta la siguiente Nota: Le escribí a mis recuerdos y encontré ese olvido
que jamás existió.
Pues eso.