“Algo cambió para siempre”. Las cosas de la vida fue el título de una película dirigida por Irwin Winclker. Quizás un estadounidense nacido en Alemania. O por lo menos un estadounidense cuyos orígenes eran alemanes. Una de las protagonistas de esta película era casada con un magnate que no hacía más que trabajar y nunca estaba en casa… con lo que se perdió estar presente en los momentos cruciales de la vida de su esposa y sus hijos varones.
El actor Kevin Kline estaba divorciado de siu primera mujer. También vivió un infierno por ello par apoder educar a su hijo, otro varón desquiciado por la conducta de su padre.
Marlon Brando confesó que “había sido un mal padre” debido a sus aficiones por las mujeres ajenas a su esposa (casada o solteras) y ser un verdadero alcohólico.
¿Qué deducciones sacamos de todo elo?. Primero que hay que saber casarse una sola vez en la vida (con compromiso de amor eterno a la mujer) para poder gozar de verdad de lo que es el matrimonio. Lo otro es pura “navegación” a la deriva. En segundo lugar hay que tener tiempor para estar con los hijos (lo digo por los varones que creen que se hacen hombres cuando acuden a los prostíbulos) para sacarles de su esperpéntico error. ¿Cómo se puede ser hombre estando diez minutos a lo sumo con una bruja que sólo lo hace por dinero?. De verdad que es increíbler que no tengan “luces” suficientes para saber la total diferencia que hay entre casarse con una sola mujer (como manda Jesucristo) que andar dando tumbos de mujer en mujer como un pelele cualquiera, sin saber qué es el amor y sin saber cómo resolver el conflicto con sus hijso.
“Cuando alguien es capaz de preguntarnos ¿no te extraña que tus hijos no te abracen nunca?” (frase de Jaime Fernández Garrido) yo solo afirmo lo siguiente: Con Jesuscristo no hay problemas…