Noche de Moscú con su fría luz. Se oye una canción entonar… Guerra Fría. Llena de tensiones. Estados Unidos (U.S.A.) contra la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (U.R.S.S.), con sus países “satélites” correspondientes formados por dos bloques dotados de medios militares cnsiderables que defienden sistemas ideológicos y económicos opuestos.
Mientras esto sucede, en una carbonería madrileña de la calle Alcalde Sáinz de Baranda (junto a un quiosco de periódicos que narran las historias de la Guerra Fría) dos señores de mucha edad hablan (uno en pro y el otro en contra) del torero español Rafael Guerra Bejarano, llamado Guerrita, que fue cordobés y actuó en las plazas taurinas hasta qeu se retiró en 1898. Fue considerado el torero más completo de su época y había tomado la alternativa en el Madrid de 1887.
Por su parte, el teléfono rojo une, directamente, al Kremlin (antigua fortaleza y barrio central de Moscú, en la orilla izquierda del Moskvá) con la Casa Blanca de Washington, donde está ubicada la residencia de los presidentes norteamericannos dede 1902.
A través de dicho teléfono, Richard Nixon (presidente entonces de E.U.A. y Nikita Jruchov (presidente soviético también por aquel entonces), se reúnen para celebrar la firma del Acuerdo SALT (Strategic Arms Limitation) continuada entre 1966 y 1979 y que trata sobre las limitaciones de armas peligrosamente estratégicas.
Pues bien, aclarado esto del teléfono rojo y las charlas de los señores mayores en la carbonería de Sáinz de Baranda, existen en la U.R.S.S. dos lugares llamados Vostock y Vladivostock y en U.S.A. un lugar llamado Woostock. Pero eso ya lo comentaremos en el capítulo 2 de esta serie (porque sí tinen relación con el tema).
Para terminar, por hoy , sólo deciros amigos lectores y lectoras que “Los tres tristes tigres” de Cabrera Infante ya hace mucho que murieron y no dan miedo sus fantasmas vivientes a nadie. Colmillos Blancos muriónde asfixia por calor, Colmillos Amarllos murió de hambre y Colmillos Negros murió de ira, cáncer e impotencia general.
Nos vemos mañana. A Dios.