Quien quiera que predique

Hoy he entrado en Vorem como cualquier otro día. Últimamente las cosas andan un poco raras por aquí: cada vez que acudo a ver cuantos textos esperan ser publicados, los encuentro a docenas, algo impensable la última vez que solía andar por aquí. Y no solo esto sino que, como si de una terrible paradoja se tratase, me da la sensación de andar por un gran desierto. Veo muchos que publican, que esperan respuesta, pero poca comunicación. Poco tacto, no se si me explico…
Y como de lo poco mucho se saca, he acabado por emplear el tiempo en actividades alternativas. ¿Que podría hacer uno en una página de textos literarios, aparte de mirar que últimas publicaciones han caido en la portada, ya sean el compendio total de éstas 20 o 30 escritos?

¿Por donde podría salir andando, sino es saliendo de la página y entrando de lleno en otros lugares más activos? ¡Pues yo, al menos por ahora, he encontrado dos boberías que atraen mi atención aún por unos minutos, o unas horas!
La primera, rebusco en el baúl de los recuerdos. Mira la lista de miembros (que son muchísisimos más de los que escriben) y, aunque sea por lista (así lo hago ahora) emprendo una búsqueda de textos olvidados, de joyas sin depurar que se hayan perdido en la inmensidad del Vorem. Y se me ha ocurrido la idea, ya quieran o no hacer algo parecido, de rescatar textos de autores que me parezcan interesantes, para que no sigan cogiendo polvo en las estanterias.
Y la segunda, y que supongo que ya mucha gente hace, es la “investigar” acerca del autor de la cita que nos brinda la página, arriba a la derecha. Por que, una de las cosas buenas que tiene Internet es esto, el poder buscar información con mucha rapidez. ¿Vaya, y este Ramón de Campoamor, quien carajo será?
Por último me encantaría animar a quien quiera a que proponga actividades de escritura en la que podamos participar todos, de alguna manera. Una poesía inconclusa, un punto de vista acerca de algún tema… y demás infinitas ideas a que puedan ocurrirsele, que nada se pierde. ¿No decía Lauralima, que Vorem es el espacio que hace que las mentes se conecten, aprendan, disfruten, crezcan y mucho más? ¡Pues prediquemos con el ejemplo!

2 comentarios sobre “Quien quiera que predique”

  1. Amigo Ismael… alguien cuyo nombre llevo grabado en el corazón (pero que por pudor y humildad no digo quien es)afirmó un día que los textos del Vorem (o por lo menos muchos de ellos) valdrán su peso en oro. y cierto es ismael. Así que, de corazón, te digo que haces bien en explorar. Ya sabes que los exploraores son los únicos que encuentran. Jajajaja. Sonríe por favor, amigo, y sigue haciendo tan magníficas labor. Sea el autor o autora que te llame la atención. Que en Vorem hace ya mucho tiempo que desapareció la envidia.

  2. Ismael, eso que haces tú de investigar textos antiguos y autores que están ahí “guardados” y que por una razón u otra no han vuelto a escribir. Eso, lo vengo haciendo hace tiempo. He encontrado verdaderos tesoros literarios que pasaron sin pena ni gloria. Sería interesnte pasearse por las estanterías y comentar o hablar de esos textos y sus autores, sería como una charla sobre el tema delante de una taza de café.
    Un coloquio literario. Una forma de conectarnos entre nosotros y amenizar el día conversando de lo que realmente nos gusta. es una lástima que se arrinconen textos hermosos que pueden darnos pié a nuevas ideas.

    Recuerdo todavía el texto encadenado de la “Lengua de los ojos” (creo recordar que era ese el título)que tú nos invitaste a hacer, fué algo divertido y enriquecedor. No tengo mucha imaginación para promnover cosas, así que desde aquí animo a quién lo desee para convocar un tema en el que podamos participar todos, diverirnos y aprender unos de otros.

    Gracias Ismael por tu interesante texto, nos sirve para reflexionar en como hacer para que Vorem siga latente y vivo.

    Un abrazo.

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