Antes de seguir adelante, retrocedamos (sólo momentáneamente) al tema de los “hippys”. Retrocedamos para saber cómo actuaban. Es fácil. Tengo dos fuentes informativas que demuestran fielmente lo que eran los “falsos” hippys. Una es personal (fuente de campo se llama en Periodismo) y la otra es a través de lo que se llama “fuente bien informada”.
Empecemos por la primera. Sucedió hace años en Suiza. Más exactamente en su capital (Ginebra) y su lago Leman. En el lago Leman nos encontramos con un numeroso grupo de “hippys” que están, todos y todas revueltos, en las escalinatas que existen en dicho lago. Alguien intenta hacerles unas fotografías para realizar un dossier sobre el tema.
Salen los “hippys” totalmente enfadados y casi le dan de bofetadas además de tirarle la cámara al suelo. !Ese era el “pacifismo” de los “hippys”!. Y no sólo eso; sino que llegamos a los alrededores de la Catedral de Ginebra y contemplamos la siguiente escena: otra vez un numeroso grupo de “hippys” a punto de enfrentarse con unos cuantos policías suizos. Me acerco a uno de los líderes de aquellos “falsos pacifistas” y le pregunto que cuál es el motivo de la manifestación. Me dice con todo descaro: “!Que no nos dejan furmar (porros) dentro de la Catedral!”. Eso era la libertad que proclamaban los de la “revolución de las flores y el amor libre”.
La otra historia (la que recibo de una fuente muy bien informada) sucedió en la Comuna Hippy de Cristianía (antiguo nombre de Oslo, la capital de Noruega). Pues bien, en aquella Comuna de Cristianía se mataban los unos a los otros por cuestiones de celos en esto del sexo libre, por cuestiones de miradas más o menos provocativas, por cuestiones de una botella de alcohol de más o de menos, por cuestiones de unos dólares más o menos, etcétera. Y no es broma. Que incluso uno de ellos se dirigió a mi fuente informativa de la siguiente manera “Si queréis salir vivos de aquí no os quedéis ni un minuto más en esta Comuna; ni mucho menos dormir en una de nuestras tiendas de campaña. Aquí todas las noches muere alguien a través de armas blancas (cuchillos y navajas) o a través de las pistolas que todos tenemos debajo de la almohada”. Esa era la famosa “paz” que pregonaban los “hippys” de los 60 y principios de los 70. Esa era su “paz” y su concepto de “libertad”.
Cambiando de tercio, pasemos ahora a la famosa frase “los viejos rockeros nunca mueren”. !Para partirse de risa mi “amigo” Miguel!. Me refiero a Rios… Miguel Ríos. ¿Cómo es eso de que los viejos rockeros nunca morís si todos los días aparecen viejos rockeros entre las listas de obituarios y decesos en los periódicos (si no sabes que significan estas palabras búscalas en algún buen diccionario). !A ver si nos aclaramos un poco la mente, Miguel!.
Y mientras tanto se os muere Michael Jackson los mismo que se os murieron algunos de los componentes de Sex Pistols (Sexo y Pistolas) como el famosísimo líder Sid Vicious. Un tipo lleno de vicios por todos los lados de su persona (me refiero a lo físico porque lo que es en lo espiritual sólo pasaba de miniatura fantasmagórica).
Acabo con una simple frase propiamente mía: “Si la paz y la libertad se basan en el odio, las envidias y los celos, es que estamos hablando de cualquier cosa menos de la paz y de la libertad!.
Publicado por Diesel el dia 10 de septiembre de 2009.